¿Por qué estás tú triste, oh alma mía?; y ¿por qué me llenas de turbación? Espera en Dios; porque todavía he de cantarle alabanzas, por ser él el salvador , que está siempre delante de mí, y el Dios mío.
Juan 14:1 - Biblia Torres Amat 1825 No se turbe vuestro corazón. Pues creéis en Dios, creed también en mí. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Biblia Nueva Traducción Viviente »No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. Biblia Católica (Latinoamericana) No se turben; crean en Dios y crean también en mí. La Biblia Textual 3a Edicion No se turbe vuestro corazón; creed° en Dios, creed también en mí. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Que no se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, pues creed también en mí. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. |
¿Por qué estás tú triste, oh alma mía?; y ¿por qué me llenas de turbación? Espera en Dios; porque todavía he de cantarle alabanzas, por ser él el salvador , que está siempre delante de mí, y el Dios mío.
Entonces dije: Ahora comienzo a respirar. De la diestra del Altísimo me viene esta mudanza.
Vosotros pusisteis para siempre vuestra esperanza en el Señor, en el Señor Dios, que es nuestra fortaleza eterna.
Jesús al verla llorar, y llorar también los judíos que habían venido con ella, se estremeció en su alma, y se conturbó a sí mismo,
Pero ahora mi alma se ha conturbado. Y ¿qué diré? ¡Oh Padre!, líbrame de esta hora. Mas no, que para esa misma hora he venido al mundo.
Jesús , pues, alzó la voz, y dijo: Quien cree en mí, no cree solamente en mí, sino en aquel que me ha enviado.
Os lo digo desde ahora, antes que suceda; para que cuando sucediere, me reconozcáis por lo que soy, esto es, por el Mesías.
Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre: Pedidle, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.
Porque os he dicho estas cosas, vuestro corazón se ha llenado de tristeza.
con el fin de que todos honren al Hijo, de la manera que honran al Padre; que quien al Hijo no honra, tampoco honra al Padre que le ha enviado.
Por tanto la voluntad de mi Padre, que me ha enviado, es que todo aquel que ve, o conoce, al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
Ahora, por el contrario, debéis usar con él de indulgencia y consolarle, porque quizá con la demasiada tristeza no acontezca que ese tal dé al través, y se desespere.
Por eso yo estando, como estoy, informado de la fe que tenéis en el Señor Jesús , y de vuestra caridad para con todos los santos, o pobres fieles,
No os dejéis seducir de nadie en ninguna manera; porque no vendrá este día sin que primero haya acontecido la apostasía, casi general de los fieles, y aparecido el hombre del pecado, el hijo de la perdición,
Purificando, pues, vuestras almas con la obediencia del amor, con amor fraternal, amaos unos a otros entrañablemente con un corazón puro y sencillo;