mas yo traeré un poco de agua, y lavaréis vuestros pies, y descansaréis a la sombra de este árbol.
Juan 13:5 - Biblia Torres Amat 1825 Echó después agua en una palangana, y se puso a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla que se había ceñido. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Biblia Nueva Traducción Viviente y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Biblia Católica (Latinoamericana) Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado. La Biblia Textual 3a Edicion luego echó° agua en el lebrillo° y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla con que se había ceñido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. |
mas yo traeré un poco de agua, y lavaréis vuestros pies, y descansaréis a la sombra de este árbol.
Y dijo: Os ruego, señores, que vengáis a la casa de vuestro siervo, y os hospedéis en ella, lavaréis vuestros pies, y de madrugada proseguiréis vuestro viaje. Ellos respondieron: No, pues nos quedaremos a descansar en la plaza.
Y después de introducidos en casa, les trajo agua con que lavaron sus pies, y dispuso que se diese pienso a los jumentos.
Pero dijo Josafat: ¿No hay aquí algún profeta del Señor, para implorar por medio de él el socorro del Señor? A esto respondió uno de los criados del rey de Israel: Aquí está Eliseo, hijo de Safat, que daba aguamanos, o servía, a Elías.
Y harás que se acerquen Aarón y sus hijos a la entrada del Tabernáculo del Testimonio. Y después de haber lavado al padre y a sus hijos con agua,
aprended a hacer bien, buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
Y derramaré sobre vosotros agua pura, y quedaréis purificados de todas las inmundicias, y os limpiaré de todas vuestras idolatrías.
El hombre después de haber lavado sus vestidos, raerá todos los pelos de su cuerpo y se lavará en agua; y purificado de esta manera entrará en el campamento; pero deberá permanecer siete días fuera de su tienda,
En aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén , a fin de lavar las manchas del pecador y de la mujer inmunda.
y arrimándose por detrás a sus pies, comenzó a bañárselos con sus lágrimas, y los limpiaba con los cabellos y los besaba, y derramaba sobre ellos el perfume.
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Yo entré en tu casa, y no me has dado agua con que se lavaran mis pies; mas ésta ha bañado mis pies con sus lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
Jesús le dice: El que acaba de lavarse, no necesita lavarse más que los pies, estando como está limpio todo lo demás. Y en cuanto a vosotros, limpios estáis, aunque no todos.
Le dijo Pedro: Jamás por jamás no me lavarás tú a mí los pies. Le respondió Jesús : Si yo no te lavare, no tendrás parte conmigo.
sino que uno de los soldados con la lanza le abrió el costado, y al instante salió sangre y agua.
Ahora, pues, ¿qué te detienes? Levántate, bautízate, y lava tus pecados, invocando su Nombre.
Tales habéis sido algunos de vosotros en otro tiempo; pero fuisteis lavados, fuisteis santificados, fuisteis justificados, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y por el Espíritu de nuestro Dios.
para santificarla, limpiándola en el bautismo de agua con la palabra de vida,
Viudas jóvenes no las admitas al servicio de la Iglesia. Pues cuando se han regalado a costa de los bienes de Cristo , quieren casarse,
mantengamos firme la esperanza que hemos confesado (que fiel es quien hizo la promesa),
Si dijéremos que no tenemos pecado, nosotros mismos nos engañamos, y no hay verdad en nosotros.
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y éstos tres son una misma cosa.
y nos ha hecho reino y sacerdotes de Dios, Padre suyo. Al mismo la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Por esto están ante el solio de Dios, y le sirven alabándole día y noche en su templo; y aquel que está sentado en el solio, habitará en medio de ellos;
Con esto le llevó a su casa, y dio de comer a las caballerías, y después que se lavaron los pies, los convidó a su mesa.
Y levantándose ella, se inclinó hasta la tierra, y dijo como si hablase con David: Tu sierva se tendría por dichosa de ser empleada en lavar los pies de los criados de mi señor.