y en un descendiente tuyo SERAN BENDITAS todas las naciones de la tierra, porque has obedecido a mi voz.
Juan 1:45 - Biblia Torres Amat 1825 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y anunciaron los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Biblia Nueva Traducción Viviente Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo: —¡Hemos encontrado a aquel de quien Moisés y los profetas escribieron! Se llama Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Biblia Católica (Latinoamericana) Felipe se encontró con Natanael y le dijo: 'Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret. La Biblia Textual 3a Edicion Felipe halla a Natanael y le dice: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley y los profetas: a Jesús, hijo de José, el de Nazaret. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Felipe se encuentra con Natanael y le dice: 'Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés, en la ley, y los profetas: a Jesús, hijo de José, el de Nazaret'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: a Jesús de Nazaret, el hijo de José. |
y en un descendiente tuyo SERAN BENDITAS todas las naciones de la tierra, porque has obedecido a mi voz.
Yo pondré enemistades entre ti y la mujer, y entre tu raza y la descendencia suya: ella quebrantará tu cabeza, y andarás acechando a su calcañar.
EL CETRO NO SERA QUITADO DE JUDA, ni de su posteridad el caudillo, hasta que venga el que ha de ser enviado, y éste será la esperanza de las naciones.
Y sucederá que todos aquellos que fueren dejados en Sión, y quedaren en Jerusalén , serán llamados santos; todo el que está escrito o destinado para la vida en Jerusalén .
Porque él crecerá a los ojos del pueblo como una humilde planta, y brotará como una raíz en tierra árida; no es de aspecto bello, ni es esplendoroso: nosotros lo hemos visto, dicen, y nada hay que atraiga nuestros ojos, ni llame nuestra atención hacia él.
Manteca y miel comerá, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
Su imperio será amplificado, y la paz no tendrá fin; se sentará sobre el solio de David; y poseerá su reino para afianzarlo y consolidarlo haciendo reinar la equidad y la justicia desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos es el que hará estas cosas.
Y tú ¡oh Betlehem llamada Efrata!, tú eres una ciudad pequeña respecto de las principales de Judá; pero de ti me vendrá el que ha de ser dominador de Israel, el cual fue engendrado desde el principio , desde los días de la eternidad.
Al cual hablarás de esta manera: Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos: He aquí el varón cuyo nombre es Oriente , y él nacerá de sí mismo, y edificará un templo al Señor.
¡Oh hija de Sión!, regocíjate en gran manera; salta de júbilo, ¡oh hija de Jerusalén !; he aquí que a ti vendrá tu rey, el Justo, el Salvador , él vendrá pobre, y montado en un asna y su burrito.
Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo;
Por ventura, ¿no es el hijo del artesano, o carpintero? ¿Su madre no es la que se llama María? ¿No son sus primos hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
Y vino a morar en una ciudad llamada Nazaret; cumpliéndose de este modo el dicho de los profetas: Será llamado Nazareno.
A lo que respondían las gentes: Este es Jesús , el profeta de Nazaret de Galilea.
y viendo a Pedro que se estaba calentando, clavados en él los ojos, le dijo: Tú también andabas con Jesús Nazareno.
¿No es éste aquel artesano, hijo de María, primo hermano de Santiago, y de José, y de Judas y de Simón? ¿Y sus primas hermanas no moran aquí entre nosotros? Y los tenía desconcertados.
José, pues, como era de la casa y familia de David, vino desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Betlehem o Belén, en Judea,
Al verle, pues, sus padres quedaron maravillados; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? Mira cómo tu padre y yo llenos de aflicción te hemos andado buscando.
Y empezando por Moisés, y discurriendo por todos los profetas, les interpretaba en todas las Escrituras los lugares que hablaban de él.
Les dijo en seguida: Ved ahí lo que os decía, cuando estaba aún con vosotros, que era necesario que se cumpliese todo cuanto está escrito de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.
Tenía Jesús al comenzar cerca de treinta años, hijo, como se creía, de José, el cual fue hijo de Helí que lo fue de Matat.
Y todos le daban elogios y estaban pasmados de las palabras tan llenas de gracia, que salían de sus labios, y decían: ¿No es éste el hijo de José el carpintero?
se acercaron a Felipe, natural de Betsaida en Galilea, y le hicieron esta súplica: Señor, deseamos ver a Jesús .
Le respondieron: A Jesús Nazareno. Les dijo Jesús : Yo soy. Estaba también entre ellos Judas el que le entregaba.
Les preguntó Jesús por segunda vez: ¿A quién buscáis? Y ellos respondieron: A Jesús Nazareno.
Escribió asimismo Pilatos un letrero, y lo puso sobre la cruz. En él estaba escrito: JESUS NAZARENO, REY DE LOS JUDIOS.
Estaban juntos Simón Pedro, y Tomás, llamado Dídimo, y Natanael, el cual era de Caná de Galilea, y los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Y decían: ¿No es éste aquel Jesús , hijo de José, cuyo padre y cuya madre nosotros conocemos? Pues, ¿cómo dice él: Yo he bajado del cielo?
Habiendo, pues, Jesús levantado los ojos, y viendo venir hacia sí un grandísimo gentío, dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos panes para dar de comer a toda la gente?
Le respondió Felipe: Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno de ellos tome un bocado.
la manera con que Dios ungió con el Espíritu Santo y su virtud a Jesús de Nazaret; el cual ha ido haciendo beneficios por todas partes por donde ha pasado, y ha curado a todos los que estaban bajo la opresión del demonio, porque Dios estaba con él.
¡Oh hijos de Israel!, escuchadme ahora: A Jesús de Nazaret, hombre autorizado por Dios a vuestros ojos, con los milagros, maravillas y prodigios que por medio de él ha hecho entre vosotros, como todos sabéis,
Yo respondí: ¿Quién eres tú, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues.
Yo por mí estaba persuadido de que debía proceder hostilmente contra el Nombre de Jesús Nazareno,
Mas Pedro le dijo: Plata ni oro, yo no tengo; pero te doy lo que tengo: En el nombre de Jesucristo Nazareno, levántate, y camina.