Pero chocaban entre sí o luchaban en el seno materno los gemelos que concibió; lo que le hizo decir: Si esto me había de acontecer, ¿qué provecho he sacado yo de concebir? Y fue a consultar al Señor.
Juan 1:13 - Biblia Torres Amat 1825 Los cuales no nacen de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de querer de hombre, sino que nacen de Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) han nacido,
no de sangre alguna, ni por ley de la carne,
ni por voluntad de hombre,
sino que han nacido de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion los cuales no nacieron° de sangres,° ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 los cuales, no de sangre, ni de voluntad humana, ni de voluntad de varón, sino de Dios nacieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Los cuales son engendrados, no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. |
Pero chocaban entre sí o luchaban en el seno materno los gemelos que concibió; lo que le hizo decir: Si esto me había de acontecer, ¿qué provecho he sacado yo de concebir? Y fue a consultar al Señor.
Isaac amaba a Esaú, porque gustaba de comer de sus cacerías, y Rebeca quería más a Jacob .
Quedó atónito Isaac, y como estático; y sobre toda ponderación pasmado, dijo: ¿Quién es, pues, aquél que hace poco me ha traído de la caza que cogió, y he comido de todo antes que tú vinieses? El caso es que yo le bendije, y bendito será.
guísame de ello un plato según sabes que gusto, y tráemelo para que le coma, y te bendiga mi alma antes que yo muera.
Contigo está el principado el día de tu poderío, en medio de los resplandores de la santidad; de mis entrañas te engendré, antes de existir el lucero de la mañana.
y dejaos de decir interiormente: Tenemos por padre a Abrahán; porque yo os digo que poderoso es Dios para hacer que nazcan de estas mismas piedras hijos de Abrahán.
Le respondió Jesús : Pues en verdad, en verdad te digo, que quien no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios o tener parte en él.
Yo planté entre vosotros la buena nueva, regó Apolo; pero Dios es quien ha dado el crecer y hacer fruto.
Pues Dios es el que obra o produce en vosotros por un puro efecto de su buena voluntad, no sólo querer, sino ejecutar.
que él derramó sobre nosotros copiosamente, por Jesucristo, salvador nuestro,
Bien lo sabéis vosotros, hermanos míos muy queridos. Y así, sea todo hombre pronto para escuchar, pero detenido en hablar y refrenado en la ira.
Porque toda carne es heno; y toda su gloria como la flor del heno, se secó el heno, y su flor se cayó al instante:
para alcanzar algún día una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, y que es inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
Por aquí se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo. Todo aquel que no practica la justicia, no es hijo de Dios, y así tampoco lo es el que no ama a su hermano.
Quien no tiene este amor, no conoce a Dios, puesto que Dios es todo caridad, o amor.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, si amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
Sabemos que somos de Dios, al paso que el mundo todo está poseído del mal espíritu.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?