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Josué 7:21 - Biblia Torres Amat 1825

Vi entre los despojos una capa de grana muy buena, y doscientos siclos de plata, y una barra de oro de cincuenta siclos; y llevado de codicia, lo tomé y escondí debajo de tierra en medio de mi tienda, y enterré el dinero en un hoyo.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entre el botín, vi un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata y una barra de oro que pesaba más de medio kilo. Los deseaba tanto que los tomé. Está todo enterrado debajo de mi carpa; la plata la enterré aún más profundo que el resto de las cosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

En medio de los despojos vi un hermoso manto de Chinear, doscientas piezas de plata y un lingote de oro que pesaba cincuenta siclos. Cedí a la tentación y los tomé. Están ocultos en el suelo en el centro de mi tienda y la plata está debajo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entre el botín vi un hermoso manto de Sinar, y doscientos siclos de plata y una barra de oro de cincuenta siclos de peso; los codicié y los tomé, y he aquí están escondidos bajo tierra dentro de mi tienda, y la plata debajo de ello.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

vi entre el botín un hermoso manto de Senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, me dominó la codicia y los tomé. Están escondidos en la tierra, en el centro de mi tienda; la plata está debajo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Que vi entre el despojo un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos; lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido debajo de tierra en el medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.

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Lòt tradiksyon



Josué 7:21
35 Referans Kwoze  

Y el principio de su reino fue Babilonia, y Arac, y Acad y Calanne, en tierra de Sennaar.


Vio, pues, la mujer que el fruto de aquel árbol era bueno para comer, y bello a los ojos y de aspecto deleitable, y cogió del fruto y le comió: dio también de él a su marido, el cual comió.


Después que éstos hubieron salido, los otros hijos de Jacob se arrojaron sobre los muertos y saquearon la ciudad en venganza del estupro.


viendo los hijos de Dios la hermosura de las hijas de los hombres, tomaron de entre todas ellas por mujeres las que más les agradaron.


Entretanto sucedió que un día levantándose David de su cama después de la siesta, se puso a pasear por el terrado de su palacio, y vio en otra casa de enfrente una mujer que se estaba lavando en su baño; y era de extremada hermosura.


Luego, pues, que aquellos leprosos hubieron llegado a la entrada del campamento, entraron en una tienda, y comieron y bebieron, y sacaron de ella plata y oro, y vestidos, y fueron a esconderlo. Volvieron después, y entraron en otra tienda, y escondieron también lo que de allí pillaron.


Desde joven hice pacto con mis ojos de no mirar, ni siquiera pensar con mal fin en una virgen.


Aparta mis ojos para que no miren la vanidad; haz que viva siguiendo tu camino o ley santa.


No codiciarás la casa de tu prójimo; ni desearás su mujer, ni esclavo, ni esclava, ni buey, ni asno, ni cosa alguna de las que le pertenecen.


Así que el camino o la conducta que siguen todos los avarientos, lleva arrebatadamente sus almas a la perdición.


¡Ah!, no mires al vino cuando se pone rojo, cuando resalta su color en el vidrio; él entra suavemente.


El hombre que tiene afán por enriquecerse y envidia a los otros, no se hace cargo de que le sobrevendrá de repente la pobreza.


Guarda tu corazón con toda vigilancia, porque de él mana la vida.


Por tanto, esto dice el Señor Dios: He aquí que yo pondré en los cimientos de la nueva Sión una piedra, piedra escogida, angular, preciosa, asentada por solidísimo fundamento; el que creyere, no se apresure.


¡Desgraciado pensamiento el vuestro! Como si el barro se levantase contra el alfarero, y dijese la obra a su hacedor: No me has hecho tú; y la vasija dijese al que la ha hecho: Tú no has sido.


¡Ay de aquel que allega frutos de avaricia, funesta para su propia casa, con el fin de hacer más alto su nido, y salvarse así de las garras del mal!


Con esta ocasión les dijo: Estad alertas, y guardaos de toda avaricia; que no depende la vida del hombre de la abundancia de los bienes que él posee.


Mas nada está oculto que no se haya de manifestar; ni secreto que al fin no se sepa.


Pero la fornicación, y toda especie de impureza, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como corresponde a quienes Dios ha hecho santos,


Porque tened esto bien entendido, que ningún fornicador, o impúdico, o avariento, lo cual viene a ser una idolatría, será heredero del reino de Cristo y de Dios.


Quemarás en el fuego sus ídolos; no codiciarás la plata y el oro de que fueron fraguados, ni tomarás poco ni mucho de estas cosas, no sea que te sirvan de ocasión de ruina, siendo como son abominables al Señor Dios tuyo.


Haced morir, pues, los miembros del hombre terreno que hay en vosotros; la fornicación, la impureza, las pasiones deshonestas, la concupiscencia desordenada y la avaricia, que todo viene a ser una idolatría;


de manera que podamos animosamente decir: El Señor es quien me ayuda; no temeré cosa que hagan contra mí los hombres.


Por tanto, no os engañéis en esta materia, hermanos míos muy amados.


Respondió Acán a Josué y le dijo: Verdaderamente yo he pecado contra el Señor Dios de Israel; y he aquí lo que he hecho:


Con esto Josué envió ministros, los cuales corriendo a la tienda de Acán, lo hallaron todo escondido en aquel mismo sitio, junto con el dinero.


mas tuvo quien reprendiese su sandez y mal designio, una muda bestia o burra en que iba montado, hablando en voz humana, refrenó la necedad del profeta.