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Joel 1:13 - Biblia Torres Amat 1825

Ceñíos de cilicio y llorad vosotros, ¡oh sacerdotes!; prorrumpid en tristes clamores, ¡oh ministros del altar!; venid a postraros sobre el cilicio, ¡oh ministros de mi Dios!, porque han desaparecido de la casa de vuestro Dios el sacrificio y la libación.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ustedes sacerdotes, ¡vístanse de tela áspera y lloren! ¡Giman, ustedes, los que sirven ante el altar! Vengan, pasen la noche vestidos de tela áspera, ustedes, ministros de mi Dios. Pues no hay grano ni vino para ofrecer en el templo de su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¡Vestíos de luto, sacerdotes! ¡Gemid, ministros del altar! ¡Pernoctad en saco,° ministros de mi Dios!° Porque la ofrenda y la libación Se ha quitado de la Casa de vuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Ceñíos de saco y gemid, sacerdotes! ¡Lamentaos, ministros del altar! Venid, pasad la noche sobre esteras, ministros de mi Dios, porque faltan en la casa de vuestro Dios la oblación y la libación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.

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Lòt tradiksyon



Joel 1:13
27 Referans Kwoze  

No obstante, David rogó al Señor por el niño, y ayunó con rigor extremado; y retirándose aparte se estuvo postrado en tierra.


Mas así que Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos, cubrió su carne con un cilicio, ayunó, y durmió envuelto en el saco de penitencia, y andaba cabizbajo o humillado.


Mas he aquí que vosotros no pensaréis sino en danzas y alegría, en matar terneras, degollar carneros, y en comer sus carnes y beber vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.


Vosotros, seréis llamados sacerdotes del Señor; a vosotros se os dará el nombre de ministros de Dios; seréis alimentados con la sustancia de las naciones y os honraréis con la gloria de ellas.


Por tanto vestíos de cilicio, prorrumpid en llanto y en alaridos; pues la tremenda indignación del Señor no se ha apartado de nosotros.


La tomará el Señor; y yo me pondré a llorar y a lamentar al ver los montes y gemiré al ver hechas un páramo las amenas campiñas; porque todo ha sido abrasado; de manera que no transita por allí nadie, ni se oye ya la voz de sus dueños; desde las aves del cielo hasta las bestias todo se ha ido de allí, y se ha retirado.


Grita y aúlla, ¡oh hijo de hombre!, porque esta espada se ha empleado contra el pueblo mío, contra todos los caudillos de Israel que habían huido: Entregados han sido al filo de la espada, junto a mi pueblo; date, pues, con tu mano golpes en el muslo.


y se raparán por tu causa sus cabezas, y se vestirán de cilicio, y te llorarán en la angustia de su corazón con lágrimas amarguísimas.


Y se vestirán de cilicio, y quedarán cubiertos de pavor; en todas las caras se verá la confusión, y rapadas aparecerán todas sus cabezas.


¿Qué es lo que entonces haréis en el día de la solemnidad, en el día de la fiesta del Señor?


Ahora, pues, convertíos a mí, dice el Señor, de todo vuestro corazón, con ayunos, con lágrimas, y con gemidos.


¿Quién sabe si se inclinará a piedad, y os perdonará, y os dejará gozar de la bendición, y el poder ofrecer sacrificios y libaciones al Señor Dios vuestro?


Lloren entre el vestíbulo y el altar los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: ¡Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, y no abandones al oprobio la herencia tuya, entregándola al dominio de las naciones! Porque tendrán pretexto las gentes para decir: El Dios de ellos ¿dónde está?


Las libaciones u ofrendas de vino que se han de derramar por cada cordero. Tal será el holocausto de todos los meses que se suceden en el curso del año.


el uno le ofreceréis por la mañana y el otro por la tarde,


Y por cada cordero ofreceréis la cuarta parte de un hin de vino, derramándolo en el santuario del Señor.


además del holocausto del mes con sus oblaciones, y el holocausto perpetuo con las libaciones acostumbradas; lo que ofreceréis siempre con las mismas ceremonias, como un olor suavísimo quemado delante del Señor.


A nosotros, pues, nos ha de considerar el hombre como unos ministros de Cristo , y dispensadores de los misterios de Dios.


¿No sabéis que los que sirven en el templo, se mantienen de lo que es del templo, y que los que sirven al altar, participan de las ofrendas?


¿Son ministros de Cristo ? (aunque me expongo a pasar por imprudente), diré que yo lo soy más que ellos, pues me he visto en muchísimos más trabajos, más en las cárceles, en azotes sin medida, en riesgos de muerte frecuentemente;


Y Dios es el que así mismo nos ha hecho idóneos o capaces para ser ministros del nuevo testamento , no de la letra de la ley, sino del espíritu; porque la letra sola mata, mas el espíritu vivifica.


Antes bien portémonos en todas cosas, como deben portarse los ministros de Dios, con mucha paciencia, en medio de tribulaciones, de necesidades, de angustias,


Estos son dos olivos y dos candeleros puestos en la presencia del Señor de la tierra.