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Joel 1:12 - Biblia Torres Amat 1825

Las viñas causan lástima; se secaron los higuerales, y secos han quedado el granado, la palma, y el manzano, y todos los árboles de la campiña: la alegría se ha ido lejos de los hijos de los hombres.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Se secaron las vides y se marchitaron las higueras. Los granados, las palmeras y los manzanos —todos los árboles frutales— se secaron. Y la alegría de la gente se marchitó con ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

La viña se ha secado y la higuera languidece; el granado, la palmera y el manzano, todos los árboles del campo están secos, y se nos fue la alegría como avergonzada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

La vid está seca, la higuera marchita, Lo mismo el granado, la palmera y el manzano; Todos los árboles del campo están secos, Y hasta el gozo de los hombres se ha agotado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Están secas las cepas, marchitas las higueras; granados, palmeras y manzanos, resecos los árboles todos del campo. Ha desaparecido la alegría entre los hijos de los hombres.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Se secó la vid, se marchitó la higuera, el granado también, la palmera y el manzano; se secaron todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.

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Lòt tradiksyon



Joel 1:12
19 Referans Kwoze  

Ellos están bien abastecidos y alegres con la abundancia de su trigo, vino y aceite.


Florecerá como la palma el varón justo, y descollará cual cedro del Líbano.


Me introduje en la pieza en que tiene el vino más exquisito, y ordenó en mí el amor.


Tú, la fuente de los huertos, el pozo de aguas vivas, que bajan con ímpetu del monte Líbano.


Por esto mi vientre y mis entrañas resonarán cual cítara de lúgubre sonido por los infortunios de Moab, y por la ruina de la fuerte muralla de ladrillo cocido al fuego.


La ciudad está echa un páramo y quedarán destruidas sus puertas.


Cesó el festivo sonido de los panderos, se acabó la algazara de las bulliciosas cuadrillas de gente, enmudeció la melodiosa cítara.


Porque su pesado yugo y la vara que hería sus espaldas, y el bastón de su tirano, tú los hiciste pedazos, como en la jornada de Madián.


Estruendo y gritos de Oronaín, devastación y estrago grande.


Al país fértil y delicioso como el Carmelo y a la tierra de Moab se les ha quitado la alegría y el regocijo; se acabó el vino para sus lagares, no cantará sus canciones acostumbradas el pisador de la uva.


El país está asolado, los campos lloran; por cuanto han sido destruidos los sembrados, quedan perdidas las viñas, y secos los olivos.


¿No habéis visto ya con vuestros ojos cómo han faltado de la casa de Dios todos los alimentos, y la alegría, y el regocijo?


Y al otro día al rayar el alba envió Dios un gusanillo que royó la raíz de la hiedra, la cual se secó.


¿No veis cómo aún no han nacido las simientes, y que las viñas, y las higueras, y los granados, y los olivos no están en flor? Pues yo desde este día les echaré mi bendición.


Por vosotros ahuyentaré el gusano roedor, y no consumirá los frutos de vuestra tierra, ni habrá en las campiñas viña que sea estéril, dice el Señor de los ejércitos.


Y prosiguiendo el viaje hasta el torrente del racimo, cortaron un sarmiento con su racimo, el cual trajeron entre dos en un varal. Llevaron también granadas e higos de aquel sitio,