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Jeremías 9:6 - Biblia Torres Amat 1825

Tú, ¡oh Jeremías!, vives rodeado de engañadores; porque aman el dolo, rehúsan conocerme a mí, dice el Señor.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Su morada está en medio del engaño; por muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Amontonan mentira sobre mentira y rechazan por completo reconocerme», dice el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por eso, así habla Yavé de los Ejércitos: 'Voy a probarlos en el fuego del crisol, ¿qué otra cosa puedo hacer con la hija de mi pueblo?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Tu morada° está en medio del engaño, Y a causa del engaño, se niegan a conocerme, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por eso así dice Yahveh Sebaot: 'Aquí estoy: voy a acrisolarlos y probarlos. ¿Qué otra cosa puedo hacer con la hija de mi pueblo?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Tu morada está en medio del engaño; de muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová.

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Lòt tradiksyon



Jeremías 9:6
21 Referans Kwoze  

Mas ya que estuve yo llamando, y vosotros no respondistéis; os alargué mi mano y ninguno se dio por entendido;


en pena de haber aborrecido la instrucción y abandonado el temor de Dios,


Y restableceré tus jueces, haciendo que sean tales cuales eran antes, y tus consejeros como lo fueron antiguamente; después de lo cual será llamada ciudad del Justo, ciudad fiel.


¡Ay de la nación pecadora, del pueblo lleno de iniquidades, de la raza malvada, de los hijos desgarrados! Han abandonado al Señor, han blasfemado del Santo de Israel, le han vuelto las espaldas.


Y creará el Señor por todos los lugares del monte de Sión, y doquiera que es invocado, una nube sombría durante el día, y un resplandor luminoso durante la noche; porque sobre toda el Arca gloriosa brillará su protección.


Ellos han vuelto a las antiguas maldades de sus padres, los cuales no quisieron obedecer mis palabras; también éstos han ido como aquéllos en pos de los dioses ajenos para adorarlos; y la casa de Israel y la casa de Judá quebrantaron mi alianza, la alianza que contraje yo con sus padres.


Y yo era como un manso cordero, que es llevado al sacrificio, y no había advertido que ellos habían maquinado contra mí, diciendo: ¡Ea!, démosle el leño en lugar de pan, y exterminémosle de la tierra de los vivientes; y no quede ya más memoria de su nombre.


Esta pésima gente, que no quiere oír mis palabras, y prosigue con su depravado corazón, y se ha ido en pos de los dioses ajenos para servirlos y adorarlos, vendrá a ser como esa faja, que para nada es buena.


Mas ellos dijeron entonces: Venid y tratemos seriamente de obrar contra Jeremías, porque a pesar de lo que él predice, no nos faltará la explicación de la ley de boca del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni la palabra del profeta. Venid, pues, atravesémosle con los dardos de nuestra lengua, y no hagamos caso de ninguna de sus palabras.


El hecho es que oí las maldiciones de muchos, y el terror se apoderó de mí por todos lados: Perseguidle, persigámosle, oí que decían todos aquellos mismos que vivían en paz conmigo, y estaban a mi lado; observemos si comete alguna falta; que en tal caso, prevaleceremos contra él y tomaremos de él venganza.


como jaula o red de cazadores llena de aves, así están sus casas llenas de fraudes; con ellos se han engrandecido y se han hecho ricos.


¿Pues por qué este pueblo de Jerusalén se ha rebelado con tan pertinaz obstinación? Ellos han abrazado la mentira y no han querido convertirse.


¿Qué haré yo de ti, oh Efraín? ¿Seré yo tu protector, oh Israel? Pues qué ¿podré yo tratarte como a Adama, ni ponerte como puse a Seboim? ¡Ah! mis entrañas se conmueven dentro de mí, yo me siento como arrepentido.


Quedó sin habla el pueblo mío porque se hallaba falto de la ciencia de la salud. Por haber tú desechado la ciencia, yo te desecharé a ti, para que no ejerzas mi sacerdocio; y pues olvidaste la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.


Y a esta tercera parte la haré pasar por el fuego, y la purificaré como se purifica la plata, y la acrisolaré como es acrisolado el oro. Ellos invocarán mi Nombre, y yo los escucharé propicio. Yo diré: Pueblo mío eres tú; y él dirá: Tú eres mi Dios y Señor.


Pues como no quisieron reconocer a Dios, Dios los entregó a un réprobo sentido, de suerte que han hecho acciones indignas del hombre,


Estad alerta, ¡oh justos!, y guardaos del pecado; porque entre nosotros hay hombres que no conocen a Dios, lo digo para confusión vuestra.


Mas los hijos de Helí eran hijos de Belial, que no conocían o respetaban al Señor,