descargó sobre ellos la cólera de su enojo, la indignación, la ira y la tribulación, que les envió por medio de mensajeros de desgra-cia;
Jeremías 4:8 - Biblia Torres Amat 1825 Por tanto vestíos de cilicio, prorrumpid en llanto y en alaridos; pues la tremenda indignación del Señor no se ha apartado de nosotros. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que póngase ropa de luto y lloren con el corazón destrozado, porque la ira feroz del Señor todavía está sobre nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso, vístanse con sacos,
lloren y aúllen,
porque Yavé no aparta de nosotros
su ardiente cólera. La Biblia Textual 3a Edicion Por eso, ceñíos de saco,° lamentaos y gemid; Porque el ardor de la ira de YHVH No se ha apartado de nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso, ceñíos de saco, lamentaos y gemid, pues no se ha apartado de nosotros la ira furibunda de Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por eso vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros. |
descargó sobre ellos la cólera de su enojo, la indignación, la ira y la tribulación, que les envió por medio de mensajeros de desgra-cia;
Por esto todos los brazos perderán su vigor y energía, y todos los corazones de los hombres desfallecerán,
Mas he aquí que vosotros no pensaréis sino en danzas y alegría, en matar terneras, degollar carneros, y en comer sus carnes y beber vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.
Llorad por los niños que criáis a vuestros pechos; llorad sobre vuestra amada patria, sobre vuestras fértiles viñas.
Y alzará bandera para servir de señal a un pueblo lejano, y lo llamará con un silbo desde los extremos de la tierra, y he aquí que, diligente, acudirá con la mayor rapidez.
porque el pueblo no se ha convertido hacia aquel que lo hiere, y no ha buscado al Señor de los ejércitos;
Pues la impiedad se encendió cual fuego que devora las zarzas y las espigas, y toma vigor en lo más espeso del bosque, y se eleva en torbellinos de humo densísimo.
¡Ay de aquellos que establecen leyes inicuas, y escriben continuamente sentencias de injusticia,
Prorrumpid en alaridos vosotros, ¡oh pastores!, y alzad el grito y cubríos de ceniza, ¡oh mayorales de la grey!, porque se han acabado vuestros días y vais a ser despedazados, y siendo vasos preciosos caeréis por tierra y os haréis pedazos.
No apaciguará el Señor el furor de su indignación, hasta cuando haya ejecutado y cumplido los designios de su corazón; al fin de los tiempos entenderéis estas cosas.
Confundido queda Moab, responderán, porque ha sido vencido; dad alaridos, alzad el grito, anunciad por todo el país de Arnón que Moab ha sido devastada.
¡Oh Jerusalén , hija del pueblo mío!, vístete de cilicio, cúbrete de ceniza; llora con amargo llanto, como se llora en la muerte de un hijo único; porque el exterminador caerá súbitamente sobre nosotros.
¡Oh vosotros cuantos pasáis por este camino!, atended y considerad si hay dolor como el dolor mío; porque el Señor, según él lo predijo, me ha vendimiado, o despojado de todo, el día de su furibunda ira.
Grita y aúlla, ¡oh hijo de hombre!, porque esta espada se ha empleado contra el pueblo mío, contra todos los caudillos de Israel que habían huido: Entregados han sido al filo de la espada, junto a mi pueblo; date, pues, con tu mano golpes en el muslo.
Hijo de hombre, profetiza, y di: Esto dice el Señor Dios: ¡Oh egipcios!, prorrumpid en aullidos: ¡Ay, ay de aquel día!
Ceñíos de cilicio y llorad vosotros, ¡oh sacerdotes!; prorrumpid en tristes clamores, ¡oh ministros del altar!; venid a postraros sobre el cilicio, ¡oh ministros de mi Dios!, porque han desaparecido de la casa de vuestro Dios el sacrificio y la libación.
Y convertiré en llanto vuestras fiestas, y en lamentos todos vuestros cantares, y a todos vosotros os echaré el saco de cilicio sobre las espaldas, y os haré raer la cabeza; y a la hija de Israel la pondré de duelo, cual suele ponerse la que ha perdido un hijo único, y haré que su fin sea un día de amargura.
Mésate tus cabellos y ráete la cabeza por causa de tus queridos hijos, pélate toda la cabeza, como águila que está de muda, porque los habitantes tuyos son llevados al cautiverio.
dijo a Moisés: Toma contigo todos los caudillos del pueblo, y haz colgar a los culpables en patíbulos a la luz del sol, para que mi cólera se retire de Israel.