Pasadas, pues, que fueron estas cosas, habló el Señor a Abram, en una visión, diciendo: No temas, Abram, yo soy tu protector y tu galardón sobremanera grande.
Jeremías 39:17 - Biblia Torres Amat 1825 En ese día yo te libraré, dice el Señor, y no serás entregado en poder de los hombres, de quienes tiemblas tanto, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. Biblia Nueva Traducción Viviente pero te libraré de aquellos a quienes tanto temes. Biblia Católica (Latinoamericana) Perro yo te salvaré, dice Yavé, y no caerás en manos de los hombres a los que tú tienes miedo. La Biblia Textual 3a Edicion Pero en aquel día Yo te libraré, dice YHVH, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero en aquel día yo te libraré -oráculo de Yahveh-, para que no seas entregado en mano de los hombres que temes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en mano de aquellos a quienes tú temes. |
Pasadas, pues, que fueron estas cosas, habló el Señor a Abram, en una visión, diciendo: No temas, Abram, yo soy tu protector y tu galardón sobremanera grande.
Respondió David a Gad: En un estrechísimo apuro me veo; pero más quiero yo caer en las manos del Señor (cuya misericordia es tan grande) que no en manos de hombres.
Respondió Elías: Vive el Señor de los ejércitos, a quien yo sirvo, que hoy mismo me he de presentar a Acab.
Partió, pues, Abdías a encontrar a Acab; y le dio el recado. Salió Acab al encuentro de Elías,
Mas él respondió: No tienes que temer, porque tenemos mucha más gente nosotros que ellos.
e invócame en el día de la tribulación: Yo te libraré, y tú me honrarás con tus alabanzas.
Los cuales te harán guerra; mas no prevalecerán: pues contigo estoy yo, dice el Señor, para librarte.
Pero Safatías, hijo de Matán, y Gedelías, hijo de Fasur, y Jucal, hijo de Selemías, y Fasur, hijo de Melquías, habían oído las palabras que Jeremías predicaba a todo el pueblo diciendo:
¡Oh rey y señor mío!, muy mal han obrado estos hombres en todo lo que han atentado contra el profeta Jeremías, echándolo en la cisterna para que allí muera de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad.
Entonces dio el rey la orden, y trajeron a Daniel, y le echaron en el lago de los leones. Y dijo el rey a Daniel: Tu Dios, a quien siempre adoras, él te librará.
Y el rey, en respuesta, les dirá: En verdad os digo: Siempre que lo hicisteis con algunos de estos mis más pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis.