¡Oh, hermano mío Jonatás!, gallardo sobremanera, y digno de ser amado más que la más amable doncella, yo lloro por ti. Del modo que una madre ama a un hijo único que tiene, así te amaba yo.
Jeremías 22:18 - Biblia Torres Amat 1825 Por tanto esto dice el Señor de Joakim, hijo de Josías y rey de Judá: No lo llorarán los de su casa con aquellos lamentos: ¡Ay hermano mío!, ¡ay hermana mía!, ni los extraños gritarán: ¡Ah Señor!, ¡ah excelso rey! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay, hermano mío! y ¡Ay, hermana! ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza! Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, esto dice el Señor acerca de Joacim, hijo del rey Josías: «El pueblo no llorará por él, lamentándose entre sí: “¡Ay, mi hermano! ¡Ay, mi hermana!”. Sus súbditos no llorarán por él, lamentando: “¡Ay, nuestro amo ha muerto! ¡Ay, su esplendor se ha ido!”. Biblia Católica (Latinoamericana) Esta es la suerte que, por orden de Yavé, correrá Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá. Nadie dirá sollozando por él: '¡Ay de mi hermano, ay de mi hermana!' Nadie dirá sollozando por él: '¡Ay, Señor! ¡Ay, su Majestad!' La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, así dice YHVH acerca de Joacim ben Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay hermano mío!, ¡ay hermana! Ni lo plañirán: ¡Ay señor!, ¡Ay majestad! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Por eso, así dice Yahveh acerca de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá: ¡Ay de este hombre! No se lamentarán por él, diciendo: '¡Ay, hermano mío!', o: '¡Ay, hermana mía!'. No se lamentarán por él: '¡Ay, Señor!', o: '¡Ay su majestad!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, así dice Jehová, acerca de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay hermano mío! o ¡Ay hermana! ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay señor! o ¡Ay su gloria! |
¡Oh, hermano mío Jonatás!, gallardo sobremanera, y digno de ser amado más que la más amable doncella, yo lloro por ti. Del modo que una madre ama a un hijo único que tiene, así te amaba yo.
y puso el cadáver en su sepulcro, y lo lloraron, y lo endecharon, diciendo: ¡Ay!, ¡ay!, ¡hermano mío!
Veinticinco años tenía Joakim cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén ; se llamaba su madre Zebida, y era hija de Fadaía, natural de Ruma.
Hizo también sacar el ídolo del bosque de la casa del Señor, y llevarlo fuera de Jerusalén , al valle de Cedrón, donde lo quemó, y redujo a cenizas, que hizo esparcir sobre los sepulcros del pueblo.
Los hijos de Josías fueron Joanán el primogénito, el segundo Joakim, el tercero Sedecías, el cuarto Sellum.
sobre todo Jeremías, cuyas lamentaciones sobre Josías repiten todos los cantores y cantoras hasta hoy día, tanto que ha venido a ser este uso como una ley en Israel. Se hallan escritas estas cosas entre las Lamentaciones.
Veinticinco años tenía Joakim cuando entró a reinar, y once años reinó en Jerusalén ; e hizo el mal en la presencia del Señor su Dios.
Morirán de varias enfermedades, y no serán llorados ni enterrados, yacerán como estiércol sobre la superficie de la tierra, y serán consumidos con la espada y el hambre, y sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.
Y morirán los grandes y los pequeños en este país, y no serán enterrados ni habrá quien en señal de luto se haga cortaduras en su cuerpo, ni se corte a raíz el cabello.
¡Ah!, no lloréis al difunto rey Josías, ni hagáis por él duelo; llorad sí por el que se va, por Joacaz; que no volverá ya del cautiverio, ni verá más la tierra de su nacimiento .
sino que morirá en el lugar a donde le trasladé, ni verá ya más esta tierra.
sino que morirás de muerte natural; y al modo que fueron quemados los restos de tus padres los reyes pasados, tus predecesores, así quemarán tu cadáver, y te llorarán, exclamando: ¡Ay Señor!, ¡ay! Porque así lo he decretado yo, dice el Señor.
Por tanto, esto dice el Señor contra Joakim, rey de Judá: No se verá ningún descendiente suyo que se siente en el solio de David, y su cadáver será arrojado y expuesto al calor del día y al hielo de la noche.