Por eso yo te reuniré con tus padres, y haré que vayas a descansar en paz en tu sepulcro, a fin de que no vean tus ojos todos los males que yo voy a llover sobre este lugar.
Jeremías 22:10 - Biblia Torres Amat 1825 ¡Ah!, no lloréis al difunto rey Josías, ni hagáis por él duelo; llorad sí por el que se va, por Joacaz; que no volverá ya del cautiverio, ni verá más la tierra de su nacimiento . Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No lloréis al muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació. Biblia Nueva Traducción Viviente No lloren por el rey muerto ni lamenten su pérdida. ¡En cambio, lloren por el rey cautivo que se llevan al exilio, porque nunca más volverá para ver su tierra natal! Biblia Católica (Latinoamericana) No lloren al que murió ni estén apenados por él. Lloren, más bien, por el que se va, pues no volverá más ni jamás verá su país natal. La Biblia Textual 3a Edicion No lloréis al muerto, ni os lamentéis por él; Llorad con amargura por el que parte,° Porque no volverá a ver jamás su tierra natal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No lloréis por el muerto, ni tengáis pena por él. Llorad más bien por el que se va, porque no volverá más a ver el país en que nació. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No lloréis por el muerto, ni hagáis duelo por él; llorad amargamente por el que se va; porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació. |
Por eso yo te reuniré con tus padres, y haré que vayas a descansar en paz en tu sepulcro, a fin de que no vean tus ojos todos los males que yo voy a llover sobre este lugar.
En su reinado, el faraón Necao, rey de Egipto, se puso en marcha hacia el río Eufrates para batir al rey de los asirios, y salió contra él el rey Josías, que al primer encuentro quedó muerto en Mageddo.
y en lugar de él estableció por rey sobre Judá y Jerusalén a su hermano Eliakim primogénito de Josías, cambiándole el nombre en el de Joakim; y se llevó consigo a Joacaz, y lo condujo a Egipto.
Entretanto el Justo perece, y no hay quien reflexione sobre esto en su corazón, y son arrebatados los hombres piadosos, sin que nadie los sienta; siendo así que para libertarles de los males, es el Justo arrebatado de este mundo.
Ni entre ellos habrá nadie que parta el pan, para consolar al que está llorando por su difunto; ni a los que lloran la pérdida de su padre y de su madre les darán alguna bebida para su consuelo.
Por lo cual esto dice el Señor acerca de Sellum (o Joacaz), hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió en el reino a su padre Josías, y salió de este lugar: No ha de volver más acá,
Por tanto esto dice el Señor de Joakim, hijo de Josías y rey de Judá: No lo llorarán los de su casa con aquellos lamentos: ¡Ay hermano mío!, ¡ay hermana mía!, ni los extraños gritarán: ¡Ah Señor!, ¡ah excelso rey!
Y a la Judea, esta tierra a la cual su alma anhela volver, no volverán jamás.
Y tú, ¡oh Jeremías!, les dirás: Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Bebed y embriagaos hasta vomitar, y echaos por el suelo, y no os levantéis a la vista de la espada que yo voy a enviar contra vosotros.
Y yo haré volver a este lugar a Jeconías, hijo de Joakim, rey de Judá, y a todos los de Judá que han sido llevados cautivos a Babilonia, dice el Señor; porque yo quebrantaré el yugo y todo el poder del rey de Babilonia.
Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Al modo que se encendió mi furor y mi indignación contra los moradores de Jerusalén , del mismo modo se encenderá contra vosotros la indignación mía cuando hayáis entrado en Egipto; y seréis objeto de execración, y de pasmo, y de maldición, y de oprobio, y nunca jamás volveréis a ver este lugar.
No habrá nadie que se escape; y del resto de los judíos que viven peregrinando en la tierra de Egipto, no habrá ninguno que vuelva a la tierra de Judá, a la cual tanto suspiran ellos volver para habitarla; no volverán a ella sino aquellos que huyan de Egipto.
Menos mala fue la suerte de los que perecieron al filo de la espada, que la de aquellos que murieron de hambre; pues éstos se fueron aniquilando consumidos por la carestía de la tierra.
Hijo de hombre: Mira, yo voy a quitarte de golpe lo que más agradable es a tus ojos; pero no te lamentes, ni llores, ni dejes correr tus lágrimas.
Pero Jesús vuelto a ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén , no lloréis por mí; llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.