Replicó Moisés, y dijo: No me creerán ni oirán mi voz, sino que dirán: No hay tal: no se te ha aparecido el Señor.
Jeremías 1:6 - Biblia Torres Amat 1825 A lo que dije yo: ¡Ah! ¡Ah! ¡Señor, Dios! ¡Ah!, bien véis vos que yo casi no sé hablar, porque soy todavía un jovencito. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Biblia Nueva Traducción Viviente —Oh Señor Soberano —respondí—. ¡No puedo hablar por ti! ¡Soy demasiado joven! Biblia Católica (Latinoamericana) Yo exclamé: 'Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!' La Biblia Textual 3a Edicion Entonces dije: ¡Ah, Adonay YHVH! He aquí, no sé hablar, porque soy joven. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero yo dije: '¡Ah, Señor Yahveh! Mira que no sé hablar, que soy un niño'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yo dije: ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. |
Replicó Moisés, y dijo: No me creerán ni oirán mi voz, sino que dirán: No hay tal: no se te ha aparecido el Señor.
Respondió Moisés al Señor: Ves que los hijos de Israel no me escuchan; pues ¿cómo me ha de escuchar el faraón, sobre todo siendo yo tartamudo?
A lo cual respondió Moisés: Ves que yo soy tartamudo, ¿cómo me ha de escuchar el faraón?
Y voló hacía mí uno de los serafines, y en su mano tenía una brasa ardiente, que con las tenazas había tomado de encima del altar.
Entonces dije yo: ¡Ah!, ¡ah! ¡Señor Dios mío! ¡Ah!, que los profetas les dicen: No temáis; no veréis vosotros la espada enemiga; ni habrá hambre entre vosotros; antes bien os concederá el Señor una paz verdadera en este lugar.
¡Ah!, ¡ah! Señor Dios mío, bien veo que tú creaste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo fuerte, ninguna cosa será jamás difícil para ti;
Todas estas cosas dijo el profeta Jeremías en Jerusalén a Sedecías, rey de Judá.
Y yo dije al oír eso: ¡Ay, ay, Señor Dios mío! ¡Ay!, ¿y es posible que hayas permitido que los falsos profetas alucinasen a este pueblo tuyo, y a Jerusalén , diciendo: Paz tendréis vosotros; cuando he aquí que la espada del enemigo ha penetrado hasta el corazón?
Entonces dije yo: ¡Ah, ah, Señor Dios! ¡Ah!, mira que mi alma no está contaminada, y desde mi infancia hasta ahora no he comido cosa mortecina, ni despedazada de fieras, ni jamás ha entrado en mi boca especie ninguna de carne inmunda.
y le dijo: Corre, habla a ese joven, y dile: Sin muros será habitada Jerusalén a causa de la multitud de personas y de animales que contendrá en su recinto.