Levantándose Elías, comió y bebió: y confortado con aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, monte de Dios.
Hechos 1:3 - Biblia Torres Amat 1825 A los cuales se había manifestado también después de su pasión, dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles en el espacio de cuarenta días, y hablándoles de las cosas tocantes al reino de Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Durante los cuarenta días después de que sufrió y murió, Cristo se apareció varias veces a los apóstoles y les demostró con muchas pruebas convincentes que él realmente estaba vivo. Y les habló del reino de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) De hecho, se presentó a ellos después de su pasión y les dio numerosas pruebas de que vivía. Durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Ante los cuales, después de haber padecido, se presentó vivo, con muchas pruebas decisivas, apareciéndoseles durante cuarenta días, y hablándoles de las cosas concernientes al reino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 A estos mismos se mostró después de su pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo, permitió que por espacio de cuarenta días le vieran, y les habló del reino de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas infalibles, siendo visto de ellos por cuarenta días, y hablándoles de las cosas que pertenecen al reino de Dios: |
Levantándose Elías, comió y bebió: y confortado con aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, monte de Dios.
Por lo cual os digo que os será quitado a vosotros el reino de Dios, y dado a gentes que rindan frutos de buenas obras.
Cuando he aquí que Jesús les sale al encuentro, diciendo: Dios os guarde; y acercándose ellas, postradas en tierra abrazaron sus pies y le adoraron.
Y después de haber ayunado cuarenta días con cuarenta noches, tuvo hambre.
Así el Señor Jesús , después de haberles hablado varias veces, fue elevado al cielo, y está sentado a la diestra de Dios.
Ocho días después, estaban otra vez los discípulos en el mismo lugar, y Tomás con ellos, vino Jesús estando también cerradas las puertas, y se les puso en medio, y dijo: La paz sea con vosotros.
Después de esto Jesús se apareció otra vez a los discípulos a la orilla del mar de Tiberíades; y fue de esta manera:
Esta fue la tercera vez que Jesús apareció a sus discípulos, después que resucitó de entre los muertos.
que con él habían venido de Galilea a Jerusalén , los cuales hasta el día de hoy están dando testimonio de él al pueblo.
Pablo, entrando después en la sinagoga, predicó libremente por espacio de tres meses, disputando con los judíos, y procurando convencerlos en lo tocante al reino de Dios.
Y habiéndole señalado día para oírle, vinieron en gran número a su alojamiento, a los cuales predicaba el reino de Dios desde la mañana hasta la noche, confirmando con autoridades las proposiciones que sentaba, y probándoles lo perteneciente a Jesús con la ley de Moisés y con los profetas.
predicando el reino de Dios, y enseñando con toda libertad, sin que nadie se lo prohibiese, lo tocante a Nuestro Señor Jesucristo.
Pero luego que hubieron creído la palabra del reino de Dios, que Felipe les anunciaba, hombres y mujeres se hacían bautizar en nombre de Jesucristo.
Que no consiste el reino de Dios en comer, ni en beber esto o aquello, sino en la justicia, en la paz y en el gozo del Espíritu Santo.
Me postré después en el acatamiento del Señor como antes, por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber, por causa de todos aquellos pecados que cometisteis contra el Señor, y con que le provocasteis a ira;
cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas de la Alianza que hizo el Señor con vosotros, y me mantuve en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber.
que nos ha arrebatado del poder de las tinieblas y trasladado al reino de su Hijo muy amado,
amonestándoos, consolándoos, y conjurándoos a llevar una vida digna de Dios, que os ha llamado a su reino y gloria.
vida que se hizo patente, y así la vimos, y damos de ella testimonio, y os predicamos esta vida eterna, la cual estaba en el Padre y se dejó ver de nosotros,