E hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de aquéllas que estaban sobre el firmamento. Y quedó hecho así.
Génesis 7:11 - Biblia Torres Amat 1825 A los seiscientos años de la vida de Noé , en el mes segundo, a diecisiete días del mismo mes, se rompieron todas las fuentes o depósitos del grande abismo de los mares, y se abrieron las cataratas del cielo, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Noé tenía seiscientos años, el día diecisiete del segundo mes, todas las aguas subterráneas entraron en erupción, y la lluvia cayó en grandes torrentes desde el cielo. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando Noé contaba seiscientos años de vida, el día diecisiete del segundo mes del año, brotaron todos los manantiales del fondo del mar, mientras se abrían las compuertas del cielo. La Biblia Textual 3a Edicion En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, ese mismo día reventaron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas de los cielos fueron abiertas,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 El año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, en ese día reventaron todas las fuentes del gran abismo y se abrieron las compuertas del cielo; Biblia Reina Valera Gómez (2023) El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las ventanas del cielo fueron abiertas; |
E hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de aquéllas que estaban sobre el firmamento. Y quedó hecho así.
Y he aquí que voy a inundar la tierra con un diluvio de aguas, para hacer morir toda carne, en que hay espíritu de vida debajo del cielo; todas cuantas cosas hay en la tierra, perecerán.
Era Noé de edad de seiscientos años cuando las aguas del diluvio inundaron la tierra.
Y se cerraron los manantiales del abismo del mar, y las cataratas del cielo, y se atajaron las lluvias que del cielo caían;
en la cual ocasión replicó aquel capitán al varón de Dios, diciendo: Aunque Dios abra las compuertas del cielo para llover trigo, ¿podrá verificarse algún día lo que tú dices? Y le respondió Eliseo: Lo verás con tus ojos; mas no comerás de ello.
Uno de los capitanes, que servía de bracero al rey, respondió al varón de Dios, y dijo: Aunque el Señor hiciese compuertas en el cielo, y lloviese trigo, ¿podrá algún día suceder lo que tú dices? Le contestó Eliseo: Lo verás con tus ojos; mas no comerás de ello.
Si detuviere las aguas, todo se secará; y si las soltare, sumergirán la tierra.
Un torrente separa de los viajeros estas piedras, y no se acerca a ellas el pie del pobre, estando como están en lugares inaccesibles.
¿Has entrado tú en las honduras del mar, y te has paseado por lo más profundo del abismo?
¿Quién podrá explicar la disposición de los cielos, o hacer cesar sus armoniosos movimientos?
El tiene recogidas las aguas del mar, como en un odre, y puestos en depósito los abismos.
Tú hiciste brotar de los peñascos fuentes y arroyos; tú sacaste ríos caudalosos.
Por su sabiduría brota copiosas aguas los manantiales, y las nubes destilan el rocío.
Será despedazada con gran estruendo la tierra; se hundirá con aberturas grandes; conmovida será con el mayor desconcierto.
Estará la tierra, o el hombre, en una agitación semejante a la de un borracho; y mudará de sitio, como tienda que sólo se arma para pasar una noche; se verá agobiada con el peso de su propia iniquidad, y caerá y nunca jamás se levantará.
¿conque a mí no me temeréis, dice el Señor, ni os arrepentiréis delante de mí? Yo soy el que al mar le puse por término la arena, ley perdurable que no quebrantará; han de levantarse sus olas, y no traspasarán sus límites; y se encresparán, pero no pasarán más adelante.
A una voz suya se congregan las aguas en el cielo; él hace venir del cabo del mundo las nubes; deshace en lluvia los relámpagos y saca de sus tesoros el viento.
Porque esto dice el Señor Dios: Cuando te haya convertido en un desierto, como las ciudades despobladas, y haya enviado sobre ti un diluvio de desastres, y te veas sumergida en un abismo de aguas,
Traed todo el diezmo al granero, para que tengan que comer los de mi casa o templo; y después de esto veréis, dice el Señor, si yo no os abriré las cataratas del cielo, y si no derramaré sobre vosotros bendiciones con abundancia.
Porque así como en los días anteriores al diluvio proseguían los hombres comiendo y bebiendo, casándose y casando a sus hijos, hasta el día mismo de la entrada de Noé en el arca ;
Mas vosotros, hermanos, no vivís en las tinieblas del pecado, para que os sorprenda como ladrón aquel día;
Así los cielos que ahora existen, y la tierra, se guardan por la misma palabra, para ser abrasados por el fuego en el día del juicio y del exterminio de los hombres malvados e impíos.