Te sírvan los pueblos, y adórente las tribus: sé señor de tus hermanos, e inclínense profundamente delante de ti los hijos de tu madre. Quien te maldijere, sea él maldito, y el que te bendijere, de bendiciones sea colmado.
Génesis 50:18 - Biblia Torres Amat 1825 Y vinieron a él sus hermanos, y adorándole postrados en tierra, le dijeron: Esclavos tuyos somos; aquí nos tienes. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces sus hermanos llegaron, y se arrojaron al suelo delante de José y dijeron: —Mira, ¡somos tus esclavos! Biblia Católica (Latinoamericana) Sus hermanos vinieron y se echaron a sus pies, diciendo: 'Aquí nos tienes, somos tus esclavos. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces sus hermanos fueron y se postraron ante él,° y dijeron: ¡Henos aquí por esclavos tuyos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sus hermanos vinieron a postrarse ante él y le dijeron: 'Aquí nos tienes. Esclavos tuyos somos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vinieron también sus hermanos, y se postraron delante de él, y dijeron: He aquí, somos tus siervos. |
Te sírvan los pueblos, y adórente las tribus: sé señor de tus hermanos, e inclínense profundamente delante de ti los hijos de tu madre. Quien te maldijere, sea él maldito, y el que te bendijere, de bendiciones sea colmado.
Y lo hizo subir en su segunda carroza, gritando un heraldo o rey de armas, que todos hincasen delante de él la rodilla, y supiesen que estaba constituido gobernador de toda la tierra de Egipto.
Y en la tierra de Egipto mandaba José, y a su arbitrio se vendían los granos a los pueblos. Pues como sus hermanos le hubiesen adorado,
Judá el primero, seguido de los hermanos, entró en casa de José (que no se había movido de ella), y todos a una se postraron en tierra.
En seguida dijo a sus hermanos: Yo soy José. ¿Y vive todavía mi padre? No podrían sus hermanos responderle, a causa de su gran terror y espanto.
que te dijésemos estas palabras en su nombre: Te ruego que te olvides de la maldad de tus hermanos, y del pecado, y de la malicia que contra ti usaron. Nosotros también te suplicamos que perdones esta maldad a los siervos del Dios de tu padre. Oyendo José estas razones, prorrumpió en llanto.
A los cuales él respondió: No tenéis que temer; ¿podemos acaso nosotros resistir a la voluntad de Dios?