Te sírvan los pueblos, y adórente las tribus: sé señor de tus hermanos, e inclínense profundamente delante de ti los hijos de tu madre. Quien te maldijere, sea él maldito, y el que te bendijere, de bendiciones sea colmado.
Génesis 43:26 - Biblia Torres Amat 1825 Entró, pues, José en su casa, y le ofrecieron los presentes, teniéndolos en sus manos, y le adoraron postrados en tierra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando José volvió a casa, le entregaron los regalos que le habían traído y luego se postraron hasta el suelo delante de él. Biblia Católica (Latinoamericana) Al entrar José en la casa, le ofrecieron el regalo y lo saludaron inclinándose hasta el suelo. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando José llegó a la casa, ellos le presentaron dentro de la casa los regalos que tenían en sus manos, y se postraron a tierra ante él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando llegó José a casa, le presentaron el obsequio que tenían en sus manos y se postraron ante él rostro en tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de casa, y se inclinaron ante él hasta tierra. |
Te sírvan los pueblos, y adórente las tribus: sé señor de tus hermanos, e inclínense profundamente delante de ti los hijos de tu madre. Quien te maldijere, sea él maldito, y el que te bendijere, de bendiciones sea colmado.
El mismo, adelantándose, se postró siete veces en tierra, haciendo reverencia, mientras se acercaba su hermano.
Y en la tierra de Egipto mandaba José, y a su arbitrio se vendían los granos a los pueblos. Pues como sus hermanos le hubiesen adorado,
Al fin Israel su padre les dijo: Si así es preciso, haced lo que quisiereis. Tomad en vuestras vasijas de los frutos más exquisitos de esta tierra, para ofrecer presentes a aquel señor: un poco de resina o bálsamo, y de miel, y de estoraque, y de lágrimas de mirra y de terebinto y almendras.
A lo que respondieron: Salud goza vuestro siervo, nuestro padre; aún vive. Y otra vez inclinados le adoraron.
Se postrarán a sus pies los etíopes, y lamerán el suelo ante él sus enemigos.
Moisés, habiendo salido a recibir a su suegro, le hizo profunda reverencia, y le besó, y se saludaron recíprocamente con palabras afectuosas. Y así que hubieron entrado en el pabellón,
Pues escrito está: Yo juro por mí mismo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y que toda lengua o nación ha de confesar que soy Dios.