Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Génesis 33:10 - Biblia Torres Amat 1825

Replicó Jacob : No hagas tal, te suplico; antes bien, si es que yo he hallado gracia en tus ojos, recibe de mis manos ese pequeño regalo; ya que viendo tu semblante, me ha parecido ver el semblante de Dios: hazme este favor,

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y dijo Jacob: No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia en tus ojos, acepta mi presente, porque he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanto favor me has recibido.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

—No —insistió Jacob—, si he logrado tu favor, te ruego que aceptes este regalo de mi parte. ¡Y qué alivio es ver tu amigable sonrisa! ¡Es como ver el rostro de Dios!

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero Jacob contestó: 'No, por favor. Si realmente me quieres, acepta el regalo que te ofrezco, pues me he presentado ante ti como ante Dios, y tú me has acogido.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Jacob dijo: ¡No, por favor! Si he hallado ahora gracia delante de tus ojos, toma el presente de mi mano, pues he visto tu rostro benévolo, y es como ver el rostro de ’Elohim.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Contestó Jacob: 'No; te lo suplico. Si gozo de tu favor, tú tomarás este don de mis manos, pues he visto tu rostro como quien ve el rostro de Dios, y me has acogido bien.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo Jacob: No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia en tus ojos, toma mi presente de mi mano, pues que he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios; y te has contentado conmigo.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Génesis 33:10
19 Referans Kwoze  

pues que tu siervo ha encontrado gracia en tus ojos, y has mostrado conmigo tan gran misericordia, poniendo en salvo mi vida, ya que no puedo arribar al monte, antes que quizá me alcance el azote, y muera:


Por donde Jacob llamó aquel lugar Fanuel, diciendo: Yo he visto a Dios cara a cara, y mi vida ha quedado a salvo.


y acepta esta bendición que te he ofrecido, y que yo he recibido de Dios, que da todas las cosas. Le aceptó Esaú a duras penas, importunado del hermano,


A lo que dijo él: Tengo yo muchísimos bienes; retén para ti, hermano mío, los tuyos.


Respondió Judá: Aquel señor que manda allí, nos intimó con protesta de juramento diciendo: No veréis mi cara si no traéis con vosotros a vuestro hermano menor.


Pero como viese que se acercaba el día de su muerte, llamó a su hijo José y le dijo: Si es que me amas de veras, pon tu mano debajo de mi muslo, y me harás la merced de prometerme con toda verdad, que no me darás sepultura en Egipto,


Terminado el tiempo de luto, habló José así a la familia principal del faraón: Si he hallado gracia delante de vosotros, insinuad al faraón,


Pero el rey había dicho: Vuelva a su casa; mas no comparezca en mi presencia. Volvió, pues, Absalón a su casa; mas no vio la cara al rey.


Hacía dos años que estaba Absalón en Jerusalén , y no había visto la cara del rey.


Le respondió Absalón: Es que yo envié a llamarte, rogándote que vinieras, para que dijeses de mi parte al rey: ¿A qué fin he vuelto de Gesur? Para esto me era mejor estarme allí. Alcánzame, pues, la gracia de que pueda ver la cara del rey; y que si aún recuerda mi delito, quíteme la vida.


Le respondió David: Bien está, yo haré contigo las amistades; pero una cosa exijo de ti, y te prevengo; y es, que no verás mi cara sin que primero me hayas traído a Micol, hija de Saúl; bajo esta condición podrás venir, y verme.


Implorará el hombre la misericordia de Dios; el cual se aplacará, y le mirará con su rostro alegre, y le restituirá su justicia.


En esto habré conocido que tú me amas; pues no tendrá mi enemigo que holgarse a costa mía.


Esto dice el Señor: En el desierto el resto del pueblo, que quedó libre del castigo, halló gracia delante de mí; también Israel llegará a la tierra de su descanso.


Mirad que no despreciéis a alguno de estos pequeñitos; porque os hago saber que sus ángeles en los cielos están siempre viendo la cara de mi Padre celestial.


Y verán su cara, y tendrán el nombre de él sobre sus frentes.


Ella entonces, inclinando su rostro hasta tierra, le hizo una profunda reverencia, y dijo: ¿De dónde a mí tanta dicha, que haya encontrado gracia en tus ojos, y te dignes tratarme con tanta bondad, siendo yo una mujer extranjera?


E hizo sobre ello nuevo juramento a David, asegurándole su amistad. Mas David replicó: Tu padre sabe muy bien que yo he hallado gracia en tus ojos, y habrá dicho: No conviene que sepa esto Jonatás, a fin de que no reciba pesar. Porque yo te juro por el Señor y por tu vida que está tan resuelto tu padre a matarme, que sólo hay un punto, por decirlo así, desde mí a la muerte.