Pasadas, pues, que fueron estas cosas, habló el Señor a Abram, en una visión, diciendo: No temas, Abram, yo soy tu protector y tu galardón sobremanera grande.
Génesis 21:17 - Biblia Torres Amat 1825 Pero Dios oyó la voz y clamores del muchacho; y el ángel de Dios desde el cielo llamó a Agar, diciendo: ¿Qué haces, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz de tu hijo desde el lugar en que se halla. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Dios escuchó llorar al muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo: «Agar, ¿qué pasa? ¡No tengas miedo! Dios ha oído llorar al muchacho, allí tendido en el suelo. Biblia Católica (Latinoamericana) Dios oyó los gritos del niño, y el Angel de Dios llamó desde el cielo a Agar y le dijo: '¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído al niño gritando de donde está. La Biblia Textual 3a Edicion Pero ’Elohim oyó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde los cielos, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque ’Elohim ha oído la voz del muchacho en donde está. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Oyó Dios la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: '¿Qué te ocurre, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado la voz del niño desde el lugar donde él está. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oyó Dios la voz del muchacho; y el Ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. |
Pasadas, pues, que fueron estas cosas, habló el Señor a Abram, en una visión, diciendo: No temas, Abram, yo soy tu protector y tu galardón sobremanera grande.
Y prosiguió diciendo: He aquí que tú has concebido, y parirás un hijo; y le has de poner por nombre Ismael, por cuanto el Señor te ha oído en tu aflicción.
Mas habiéndola hallado un ángel del Señor en un lugar solitario junto a una fuente de agua, que está en el camino del sur en el desierto,
le dijo: Agar, esclava de Sarai, ¿de dónde vienes tú?, ¿y a dónde vas? Vengo huyendo, respondió ella, de la presencia de Sarai mi ama.
Replicó el ángel del Señor: Vuélvete a tu ama, y ponte humilde a sus órdenes.
Cuando he aquí que de repente el ángel del Señor gritó del cielo, diciendo: Abrahán, Abrahán. Aquí me tienes, respondió él.
El Señor Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre, y de la tierra de mi nacimiento , el cual me habló, y me juró diciendo: A tu descendencia daré esta tierra: él mismo enviará su ángel delante de ti, y hará que traigas de aquel país mujer para mi hijo:
donde se le apareció el Señor aquella misma noche, diciéndole: Yo soy el Dios de tu padre Abrahán, no tienes que temer, pues estoy yo contigo, yo te colmaré de bendiciones, y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abrahán.
Le dijo Dios: Yo soy el fortísimo Dios de tu padre; no tienes que temer. Desciende a Egipto, que allí te haré cabeza de una nación grande.
Mas al cabo el Señor se compadeció de ellos, y volvió hacia ellos sus ojos, a causa del pacto que tenía hecho con Abrahán e Isaac, y Jacob ; y no quiso enteramente perderlos, ni abandonarlos del todo hasta el tiempo presente.
Mas Joacaz hizo sus plegarias ante la presencia del Señor, y lo oyó el Señor, vista la angustia de Israel, destrozado por el rey de Siria;
Pero tú, Señor, lo estás viendo; tú consideras el afán y el dolor del oprimido; para entregar a los malvados al castigo de tus manos. A cargo tuyo está la tutela del pobre; tú eres el amparo del huérfano.
e invócame en el día de la tribulación: Yo te libraré, y tú me honrarás con tus alabanzas.
Apartaos lejos de mí todos los que obráis la iniquidad; porque ha oído el Señor benignamente la voz de mi llanto.
Clamará a mí, y lo oiré benigno. Con él estoy en la tribulación; lo pondré a salvo, y lo llenaré de gloria.
Moisés respondió al pueblo: No temáis, estad firmes, y veréis los prodigios que ha de obrar hoy el Señor; pues esos egipcios que ahora estáis viendo, ya nunca más los volveréis a ver.
supuesto que no tiene otro con qué cubrirse y abrigar sus carnes, ni con que dormir o arroparse de noche. Si clamare a mí, le oiré porque yo soy misericordioso.
donde se le apareció el Señor en una llama de fuego que salía de en medio de una zarza; y veía que la zarza estaba ardiendo, y no se consumía.
Le dijo el Señor: He visto la tribulación de mi pueblo en Egipto, y oído sus clamores, a causa de la dureza de los sobrestantes de las obras.
Ciudad llena de tumulto, populosa en extremo, ciudad de regocijo: Tus muertos no perecieron al filo de la espada, ni fallecieron en batalla.
Sábete que quedarán confundidos y avergonzados todos aquellos que te hacen guerra; serán como si no fuesen, y perecerán los que te contradicen.
Mas Jesús , convocados sus discípulos, dijo: Me causan compasión estos pueblos, porque tres días hace ya que perseveran en mi compañía y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan el camino.
Mas Jesús , oyendo lo que decían dijo al jefe de la sinagoga: No temas, ten fe solamente.
por lo que clamamos al Señor Dios de nuestros padres; el cual nos oyó, y volvió los ojos para mirar nuestro abatimiento, y nuestros trabajos y angustias;
y comenzaron a dar gritos a sus espaldas. Mas algunos de ellos volviéndose a mirar lo que era, dijeron a Micás: ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué me gritas?
Venía a la sazón Saúl del campo en pos de sus bueyes, y preguntó: ¿Qué llanto es ése del pueblo? Y le contaron lo que habían enviado a decir los habitantes de Jabes.