mas yo traeré un poco de agua, y lavaréis vuestros pies, y descansaréis a la sombra de este árbol.
Génesis 19:2 - Biblia Torres Amat 1825 Y dijo: Os ruego, señores, que vengáis a la casa de vuestro siervo, y os hospedéis en ella, lavaréis vuestros pies, y de madrugada proseguiréis vuestro viaje. Ellos respondieron: No, pues nos quedaremos a descansar en la plaza. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche. Biblia Nueva Traducción Viviente —Señores míos —dijo él—, vengan a mi casa para lavarse los pies, y sean mis huéspedes esta noche. Entonces mañana podrán levantarse temprano y seguir su camino. —Oh, no —respondieron ellos—. Pasaremos la noche aquí, en la plaza de la ciudad. Biblia Católica (Latinoamericana) y les dijo: 'Señores míos, les ruego que vengan a la casa de este siervo suyo a pasar la noche. Se lavarán los pies, descansarán y mañana, al amanecer, podrán seguir su camino. Ellos le respondieron: 'No, pasaremos la noche en la plaza. Pero él insistió tanto, que lo siguieron a su casa, y les preparó comida. La Biblia Textual 3a Edicion dijo: Mirad señores míos, os ruego que os desviéis a casa de vuestro siervo, pernoctéis y lavéis vuestros pies. De madrugada os levantaréis y podréis seguir vuestro camino. Mas ellos contestaron: No, pasaremos la noche en la plaza. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y les dijo: 'Os ruego, señores míos, que vengáis a la casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche. Os lavaréis los pies; y por la mañana os levantaréis y seguiréis vuestro camino'. Contestaron: 'No. Pasaremos la noche en la plaza'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y dijo: Señores míos, he aquí os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, sino que en la plaza pasaremos la noche. |
mas yo traeré un poco de agua, y lavaréis vuestros pies, y descansaréis a la sombra de este árbol.
Entre tanto los dos ángeles llegaron al caer de la tarde a Sodoma, y al tiempo que Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad. El cual luego que los vio, se levantó y les salió al encuentro, y los adoró inclinándose hacia el suelo.
A puras instancias en fin los obligó a que se encaminasen a su casa; y entrados que fueron en ella, les dispuso un banquete, y coció panes sin levadura, y cenaron.
y le dijo: Entra, bendito del Señor: ¿qué haces ahí fuera? Preparado he para ti hospedaje, y lugar también para tus camellos.
Y después de introducidos en casa, les trajo agua con que lavaron sus pies, y dispuso que se diese pienso a los jumentos.
Dijo después David a Urías: Vete a tu casa; lava tus pies, y descansa. Salido que fue Urías de palacio, le envió el rey en seguida comida de su real mesa.
Jamás el peregrino se quedó al descubierto; siempre estuvo mi puerta abierta al pasajero.
No frecuentes demasiado la casa de tu vecino, si no quieres que harto de ti te cobre aversión.
Me levanté luego para abrir a mi amado destilando mirra mis manos, y están llenos de mirra selectísima mis dedos.
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Yo entré en tu casa, y no me has dado agua con que se lavaran mis pies; mas ésta ha bañado mis pies con sus lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
Echó después agua en una palangana, y se puso a lavar los pies de los discípulos, y a limpiarlos con la toalla que se había ceñido.
Habiendo, pues, sido bautizada ella y su familia, nos hizo esta súplica: Si es que me tenéis por fiel al Señor, venid, y hospedaos en mi casa. Y nos obligó a ello.
Acordaos de los presos, como si estuvierais con ellos en la cárcel; y de los afligidos, como que también vosotros vivís en cuerpo, sujetos a miserias.