Entonces dio a Joab, a Abisai y a Etai esta orden: Conservadme a mi hijo Absalón. Y oyó todo el ejército que el rey recomendaba a todos los caudillos que conservasen a Absalón.
Filemón 1:10 - Biblia Torres Amat 1825 Onésimo, que en algún tiempo fue para ti inútil, y ahora tanto para ti como para mí es provechoso, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 te ruego por mi hijo Onésimo,, a quien engendré en mis prisiones, Biblia Nueva Traducción Viviente Te suplico que le muestres bondad a mi hijo Onésimo. Me convertí en su padre en la fe mientras yo estaba aquí, en la cárcel. Biblia Católica (Latinoamericana) y la petición es para mi hijo Onésimo, a quien transmití la vida mientras estaba preso. La Biblia Textual 3a Edicion te ruego por mi hijo Onésimo,° a quien engendré en las prisiones, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Te suplico, pues, por este hijo mío, a quien engendré entre las cadenas, Onésimo, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, |
Entonces dio a Joab, a Abisai y a Etai esta orden: Conservadme a mi hijo Absalón. Y oyó todo el ejército que el rey recomendaba a todos los caudillos que conservasen a Absalón.
A lo que respondiendo uno de ellos, dijo: Maestro, yo he traído a ti un hijo mío, poseído de cierto espíritu, que lo ha dejado mudo;
Ahora, pues, hermanos míos, os ruego encarecidamente, por la misericordia de Dios, que le ofrezcáis vuestros cuerpos como una hostia o víctima viva, santa y agradable a sus ojos, que es el culto racional que debéis ofrecerle.
No os escribo estas cosas porque quiera sonrojaros, sino que os amonesto como a hijos míos muy queridos.
Porque aun cuando tengáis millares de maestros en Jesucristo, no tenéis muchos padres. Pues yo soy el que os he engendrado en Jesucristo por medio de la buena nueva.
Hijitos míos, por quienes segunda vez padezco dolores de parto hasta formar enteramente a Cristo en vosotros,
junto con Onésimo, mi muy amado y fiel hermano, el cual es vuestro compatriota. Estos os contarán todo lo que aquí pasa.
Bien sabes cómo al irme a Macedonia te pedí que te quedases en Efeso, para que hicieses entender a ciertos sujetos que no enseñasen doctrina diferente de la nuestra,
La causa porque te dejé en Creta, es para que arregles y corrijas las cosas que falten, y establezcas en cada ciudad presbíteros, conforme yo te prescribí,
el cual te lo vuelvo a enviar. Tú de tu parte recíbele como a mis entrañas, o como si fuera hijo mío.
pero nada he querido hacer sin tu consentimiento, para que tu beneficio no fuese como forzado, sino voluntario.
Carísimo mío, te portas como fiel y buen cristiano en todo lo que practicas con los hermanos, especialmente con los peregrinos,