Pues yo no he habitado en ninguna casa, desde el día que saqué a los hijos de Israel de la tierra de Egipto hasta el presente, sino que he habitado en pabellones y tiendas.
Éxodo 40:34 - Biblia Torres Amat 1825 una nube cubrió el Tabernáculo del Testimonio, y quedó todo lleno de la gloria del Señor. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces la nube cubrió el tabernáculo, y la gloria del Señor llenó el tabernáculo. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces la Nube vino a cubrir la Tienda de las Citas y la Gloria de Yavé llenó la Morada. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces la nube cubrió la Tienda de Reunión, y la gloria de YHVH llenó el Tabernáculo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro y la gloria de Yahveh llenó el santuario, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces una nube cubrió el tabernáculo de la congregación, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. |
Pues yo no he habitado en ninguna casa, desde el día que saqué a los hijos de Israel de la tierra de Egipto hasta el presente, sino que he habitado en pabellones y tiendas.
Así, pues, formando todos un concierto con el canto y el sonido de las trompetas, y címbalos, y órganos, y toda especie de instrumentos músicos, y alzando en alto la voz, se percibía el sonido a lo lejos. Y sucedió que cuando hubieron comenzado a cantar y decir: Alabad al Señor, porque es bueno; porque es eterna su misericordia; la casa de Dios se llenó de una nube,
Ni podían los sacerdotes entrar dentro del templo del Señor por cuanto la majestad del Señor había llenado su templo.
Señor, yo he amado el decoro de tu casa, y el lugar donde reside tu gloria.
Estaba ya para romper el alba; y he aquí que el Señor, echando una mirada desde la columna de fuego y de nube sobre los escuadrones de los egipcios, hizo perecer su ejército,
Aún estaba hablando Aarón a toda la muchedumbre de los hijos de Israel, cuando volviendo ellos los ojos hacia el desierto, he aquí que la majestad del Señor se apareció en medio de la nube,
Y allí daré mis órdenes a los hijos de Israel; y el altar será santificado con la presencia de mi gloria.
Entrado ya en el Tabernáculo de la Alianza, descendía la columna de nube, y quedaba fija en la puerta, y hablaba Dios con Moisés,
Pues esto dice el excelso y el sublime Dios que mora en la eternidad, y cuyo nombre es Santo: El que habita en las alturas y en el santuario, y en el corazón contrito y humillado, para vivificar el espíritu de los humildes y dar vida al corazón de los contritos.
Y dije: ¡Desgraciado de mí que no he hablado, por ser yo hombre de labios impuros, y habitar en medio de un pueblo cuyos labios están contaminados; y he visto con mis propios ojos al Rey, Señor de los ejércitos!
Y se trasladó la gloria del Señor desde encima de los querubines al umbral del templo y se llenó el templo de una nube tenebrosa; el atrio quedó lleno del resplandor de la gloria del Señor.
y le dio esta orden, diciendo: Di a tu hermano Aarón que no en todo tiempo entre en el santuario que está del velo adentro, ante el propiciatorio que cubre el arca , so pena de muerte (porque yo he de aparecer en una nube sobre el oráculo);
Y pondré en movimiento las gentes todas, porque vendrá el deseado de todas las gentes; y henchiré de gloria este templo, dice el Señor de los ejércitos.
La gloria de este último templo será grande, será mayor que la del primero, dice el Señor de los ejércitos, y en este lugar daré yo la paz o felicidad, dice el mismo Señor de los ejércitos.
Y cuando entraba Moisés en el Tabernáculo de la alianza para consultar el oráculo, oía la voz del Señor que hablaba con él desde el propiciatorio, que estaba sobre el arca del Testamento entre los dos querubines, desde donde hablaba a Moisés.
los cuales son los israelitas, de quienes es la adopción de hijos de Dios, y la gloria y la alianza, y la legislación, y el culto, y las promesas,
Y se llenó el templo de humo a causa de la majestad de Dios, y de su virtud o grandeza; y nadie podía entrar en el templo hasta que las siete plagas de los siete ángeles fuesen terminadas.
Y oí una voz grande que venía del trono, y decía: Ved aquí el Tabernáculo de Dios entre los hombres, y el Señor morará con ellos. Y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios habitando en medio de ellos será su Dios.