Por último, el faraón dio a todo su pueblo esta orden: Todo varón que naciere entre los hebreos, echadle al río: toda hembra reservadla.
Éxodo 4:9 - Biblia Torres Amat 1825 Que si ni aun a estos dos prodigios dieren crédito ni escucharen tu voz, toma agua del río, y derrámala en tierra, y cuanta sacares del río se convertirá en sangre. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Y si no te creen ni te escuchan aun después de estas dos señales, entonces recoge un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. En cuanto lo hagas, el agua del Nilo se convertirá en sangre sobre el suelo. Biblia Católica (Latinoamericana) Y si no creen todavía con los dos prodigios y no te hacen caso, toma agua del río y derrámala; en cuanto toque el suelo, el agua del río se convertirá en sangre. La Biblia Textual 3a Edicion Y si tampoco creen a estas dos señales, ni obedecen tu advertencia, tomarás entonces de las aguas del Nilo y las derramarás sobre lo seco, y las aguas que saques del Nilo se convertirán en sangre sobre el suelo seco. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y si aún no te creen por estas señales ni oyen tu voz, sacarás agua del río y la derramarás sobre la tierra seca, y el agua que hayas sacado del río se volverá sangre en la tierra seca'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río, y las derramarás sobre la tierra seca; y las aguas que tomarás del río se convertirán en sangre sobre la tierra seca. |
Por último, el faraón dio a todo su pueblo esta orden: Todo varón que naciere entre los hebreos, echadle al río: toda hembra reservadla.
Si no te creyeren, dijo, ni diesen oídos a la voz del primer prodigio, se rendirán a la del segundo.
Dice, pues, el Señor: En esto conocerás que yo soy el Señor: Voy a herir al agua del río con la vara que tengo en mi mano, y se convertirá en sangre.
porque con el mismo juicio que juzgareis habéis de ser juzgados; y con la misma medida con que midiereis seréis medidos vosotros.