Éxodo 4:27 - Biblia Torres Amat 1825 Entretanto dijo el Señor a Aarón: Ve al desierto a encontrar a Moisés; y fue a su encuentro hasta Horeb, el monte de Dios, y le besó. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó. Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora bien, el Señor le había dicho a Aarón: «Ve al desierto para encontrarte con Moisés». Así que Aarón fue a encontrarse con Moisés en el monte de Dios y lo abrazó. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras tanto, Yavé había dicho a Aarón: 'Sal al encuentro de Moisés, en el desierto. Así que partió Aarón, lo encontró en el Monte de Dios y lo besó. La Biblia Textual 3a Edicion Y YHVH había dicho a Aarón: Ve al desierto al encuentro de Moisés. Y él fue y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh dijo a Aarón: 'Ve al desierto y sal al encuentro de Moisés'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y lo besó. |
Levantándose Elías, comió y bebió: y confortado con aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, monte de Dios.
Jetro, pues, suegro de Moisés, vino a encontrarle con sus hijos y la mujer de éste, en el desierto en donde estaba acampado el pueblo, cerca del monte de Dios.
Moisés, habiendo salido a recibir a su suegro, le hizo profunda reverencia, y le besó, y se saludaron recíprocamente con palabras afectuosas. Y así que hubieron entrado en el pabellón,
De aquí subió Moisés hacia Dios, el cual le llamó desde la cima del monte, y dijo: Esto dirás a la casa de Jacob y esto anunciarás a los hijos de Israel.
Entretanto todo el pueblo oía las voces o truenos, y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y veía el monte humeando; de lo cual aterrados y despavoridos, se mantuvieron a lo lejos,
Partieron, pues, Moisés y Josué, su ministro; y Moisés, al subir al monte de Dios,
Empleándose Moisés en apacentar las ovejas de su suegro Jetro, sacerdote de Madián; y guiando una vez la grey al desierto, vino hasta el monte de Dios, Horeb,
Y el ángel le dejó estar luego que hubo dicho ella con motivo de la circuncisión que hizo: Eres para mí esposo de sangre.
Mejor, es pues, vivir dos juntos que uno solo; porque es ventajoso el estar en compañía.
Levántate luego, baja, y vete con ellos sin el menor reparo: porque yo soy el que los ha enviado.