Y así sacó a su pueblo lleno de gozo, y a sus escogidos colmados de júbilo.
Éxodo 14:8 - Biblia Torres Amat 1825 Y el Señor abandonó el corazón del rey de Egipto a la obstinación, el cual fue al alcance de los hijos de Israel; pero éstos habían salido amparados de una mano todopoderosa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que el Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, quien por lo tanto salió a perseguir a los israelitas, los cuales se habían marchado con puños en alto en señal de desafío. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé había endurecido el corazón del rey y, mientras los israelitas se marchaban seguros, él los persiguió. La Biblia Textual 3a Edicion Y endureció YHVH el corazón de Faraón rey de Egipto, quien persiguió a los hijos de Israel, pero los hijos de Israel habían salido con mano exaltada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh endureció el corazón del Faraón, rey de Egipto, que salió en persecución de los israelitas; pero éstos habían salido con la protección divina. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová endureció el corazón de Faraón, rey de Egipto, y este siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa. |
Y así sacó a su pueblo lleno de gozo, y a sus escogidos colmados de júbilo.
Porque es grande tu misericordia para conmigo, y has sacado mi alma del infierno profundo.
Con eso endureció el Señor el corazón del faraón, y no quiso tampoco soltarlos.
Lo que has de tener como una señal impresa en tu mano, y como un recuerdo pendiente ante tus ojos, que te advierte habernos el Señor sacado de Egipto con brazo fuerte.
Sino que los condujo rodeando por el camino del desierto, que está cerca del mar Rojo; y los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto armados.
Y será como una señal en tu mano, y como un recuerdo delante de tus ojos, a fin de que la ley del Señor esté siempre en tu boca; por cuanto con brazo fuerte te sacó de Egipto el Señor.
Yo entretanto endureceré el corazón de los egipcios para que vayan en persecución vuestra; y seré glorificado en el exterminio del faraón y de todo su ejército, y de sus carros y caballería.
Y yo endureceré su corazón y os perseguirá; con lo que seré glorificado en el faraón y en todo su ejército, y conocerán los egipcios que Yo soy el Señor. Ellos lo hicieron así.
Y llevó seiscientos carros de guerra escogidos, y todos cuantos había en Egipto, y los capitanes de todo el ejército.
Iré tras ellos, había dicho el enemigo, y los alcanzaré; partiré los despojos, y se hartará mi alma; desenvainaré mi espada, y los matará mi mano.
Le dijo asimismo el Señor cuando volvía a Egipto: Mira que hagas delante del faraón todos los portentos para los cuales te he dado poder. Yo endureceré su corazón, y no dejará partir a mi pueblo.
Ahora verás, respondió el Señor a Moisés, lo que voy a hacer con el faraón. Porque obligado del poder de mi brazo dejará salir a los israelitas, y la robusta mano mía hará que él mismo los eche de su tierra.
Y endureció o abandonó el Señor el corazón del faraón, que tampoco dio oídos a Moisés y Aarón, según lo había dicho el Señor a Moisés.
Pondrás sobre su corazón, en vez de escudo, las aflicciones que les enviarás.
Yo el Señor Dios vuestro que os he sacado de la tierra de los egipcios, a fin de que no fueseis sus esclavos; y rompí las cadenas de vuestras cervices; para que alzaseis cabeza.
Partidos, pues, de Ramesés los hijos de Israel el mes primero a quince del mismo, al otro día de la Pascua , por un efecto de la mano poderosa del Señor, viéndolo todos los egipcios,
El Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres, y engrandeció a este pueblo, mientras habitaban como extranjeros en Egipto, de donde los sacó con el poder soberano de su brazo;
y nos sacó de Egipto con mano fuerte, y brazo poderoso, con gran terror, y con señales y portentos,
Pero lo difiero, porque veo tanta arrogancia en sus enemigos: no sea que éstos se engrían y digan: Nuestra mano robusta, y no el Señor, es la que ha hecho todo esto contra Israel.
Porque había decretado Dios el dejar que el corazón de los ciudadanos se endureciese, y que peleasen contra Israel, y así fuesen destruidos, y no mereciesen clemencia alguna, sino que perecieran, como el Señor tenía mandado a Moisés.
Y le dijo Barac: Si vienes conmigo, iré; mas si no quieres venir conmigo, tampoco iré yo.