Asimismo en todas las provincias, ciudades y pueblos, a donde había llegado el cruel edicto del rey, era grande la consternación de los judíos; ayunaban, prorrumpían en alaridos y lamentos, usando muchos de cilicio y ceniza en lugar de cama.
Ester 4:6 - Biblia Torres Amat 1825 Salió, pues, Atac, y fue a encontrar a Mardoqueo, que estaba en la plaza de la ciudad, delante de la puerta de palacio; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Salió, pues, Hatac a ver a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad, que estaba delante de la puerta del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Hatac salió a buscar a Mardoqueo a la plaza, frente a la puerta del palacio. Biblia Católica (Latinoamericana) Fue, pues, Hatac a encontrarse con Mardoqueo en la plaza de la ciudad, frente a la Puerta. La Biblia Textual 3a Edicion Salió pues Hatac hacia Mardoqueo, a la plaza de la ciudad, que estaba delante de la puerta real. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió Hatac hacia donde estaba Mardoqueo, a la plaza de la ciudad que había delante de la puerta del rey. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Salió, pues, Atac a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad que estaba delante de la puerta del rey. |
Asimismo en todas las provincias, ciudades y pueblos, a donde había llegado el cruel edicto del rey, era grande la consternación de los judíos; ayunaban, prorrumpían en alaridos y lamentos, usando muchos de cilicio y ceniza en lugar de cama.
Entonces ella llamó a Atac, eunuco que el rey le había dado para servirle, y lo mandó ir a Mardoqueo a fin de informarse de él por qué hacía tales cosas.
el cual lo informó de todo lo ocurrido, y cómo Amán había prometido meter una gran suma de dinero en el tesoro del rey por la mortandad de los judíos.
A la cual dijo también el rey en este segundo día, después de recalentado con el vino: ¿Qué petición es la tuya, Ester, y qué quieres que se te conceda? Aunque pidieres la mitad de mi reino, la alcanzarás.
El cual dijo a la reina: En la ciudad de Susán los judíos han muerto a quinientos hombres, además de los diez hijos de Amán; ¿cuán grande, pues, juzgas que será la mortandad que habrán hecho en todas las provincias? ¿Qué más pides, o qué otra cosa quieres que yo mande?