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Esdras 1:2 - Biblia Torres Amat 1825

Esto dice Ciro, rey de los persas: El Señor Dios del cielo es el que me ha dado todos los reinos de las tierras, y él me ha mandado edificarle una casa o templo en Jerusalén , ciudad de Judea.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

«Esto dice Ciro, rey de Persia: »“El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra. Me encargó construirle un templo en Jerusalén, que está en Judá.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Así habla Ciro, rey de Persia: Yavé, el Dios de los Cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y ahora me encarga que reconstruya su templo en Jerusalén de Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Así dice Ciro rey de Persia: Todos los reinos de la tierra me han sido dados por YHVH, Dios de los cielos, y Él mismo me ha encomendado que le construya Casa en Jerusalem, que está en Judá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Así habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así ha dicho Ciro, rey de Persia: Jehová, el Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.

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Lòt tradiksyon



Esdras 1:2
34 Referans Kwoze  

Mas en efecto: ¿es creíble que verdaderamente Dios ha de habitar sobre la tierra? Porque si ni los cielos, oh Señor, ni los altísimos cielos pueden abarcarte, ¿cuánto menos esta casa que yo he construido?


Y añadía: Bendito sea el Señor Dios de Israel, que hizo el cielo y la tierra, el cual ha dado al rey David un hijo sabio, entendido, juicioso y prudente, a fin de que edificara un templo al Señor, y un palacio para sí.


Con esto se pusieron en camino los príncipes de las familias de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, y todos aquellos cuyo corazón movió Dios para ir a reedificar el templo del Señor, que está Jerusalén .


Pero distribuyeron dinero a los canteros y albañiles; y asimismo dieron de comer y beber, y aceite a los sidonios y tirios, para que transportasen madera de cedro desde el Líbano al mar de Joppe, según lo había ordenado Ciro, rey de Persia.


Mas Zorobabel y Josué con los demás príncipes de las familias de Israel les respondieron: No podemos unirnos con vosotros para edificar la casa de nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos al Señor Dios nuestro, como nos lo tiene mandado Ciro, rey de los persas.


y le dijo: Toma estos vasos, y ve a reponerlos en el templo de Jerusalén , haciendo que la casa de Dios sea reedificada en su antiguo sitio.


y de esta manera ofrezcan oblaciones al Dios del cielo, y rueguen por la vida del rey y de sus hijos.


Año primero el rey Ciro. El rey Ciro ha ordenado que se reedifique la casa de Dios en su sitio de Jerusalén , a fin de que se ofrezcan allí sacrificios; y que se echen los cimientos correspondientes a una elevación de sesenta codos, y otros tantos de anchura o extensión,


Artajerjes, rey de los reyes, a Esdras sacerdote, escriba sapientísimo de la ley del Dios del cielo, salud.


Al oír yo semejantes palabras, me senté, y comencé a lamentarme, y lloré durante muchos días, ayunaba y hacía oración en presencia del Dios del cielo,


y decía: Te suplico, Señor Dios del cielo, el fuerte, grande y terrible, que guardas el pacto y la misericordia con aquellos que te aman y observan tus mandamientos.


Bendecid, pues, al Dios del cielo, porque es eterna su misericordia. Bendecid al Señor de los señores, porque es eterna su misericordia.


Has perdonado las maldades de tu pueblo; has sepultado todos sus pecados.


El corazón del rey está en la mano de Dios, como el agua que se reparte desde un depósito; él inclinará hacia cualquier parte que quisiere.


Los persiguió, pasó adelante sin desastre, tan velozmente que no se vio la huella de sus pies.


Yo el que digo al abismo: Sécate; yo dejaré áridos tus ríos.


Esto dice el Señor a mi ungido Ciro, a quien he tomado de la mano, para sujetar a él las naciones y hacer volver las espaldas a los reyes, y para abrir delante de él las puertas, sin que ninguna pueda resistirle.


Yo iré delante de ti, y humillaré a los grandes de la tierra; despedazaré las puertas de bronce y romperé las barras o cerrojos de hierro.


Esto dice el Señor: El cielo es mi solio, y la tierra peana de mis pies: ¿Qué casa, pues, es esa que vosotros edificaréis para mí, y cuál es aquel lugar donde he de fijar mi asiento?


Así, pues, les hablaréis: Los dioses que no han hecho los cielos y la tierra perezcan de la faz de la tierra, y del número de las cosas que están debajo del cielo.


Yo creé la tierra, y los hombres, y las bestias que están sobre la tierra, con mi gran poder y mi excelso brazo, y he dado su dominio a quien quise.


Lo que dice el Señor es esto: Cuando estén para cumplirse los setenta años de vuestra estancia en Babilonia, yo os visitaré, y daré cumplimiento a mi agradable promesa de restituiros a este lugar.


Y permaneció Daniel en el servicio del rey hasta el año primero del rey Ciro.


El cambia los tiempos y las edades; traslada los reinos, y los afirma; da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los inteligentes.


Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y éste te ha mostrado, ¡oh rey Nabucodonosor!, las cosas que sucederán en los últimos tiempos. Tu sueño y las visiones que ha tenido tu cabeza en la cama, son las siguientes:


Te echarán de entre los hombres, y habitarás con las bestias y fieras, y comerás heno como si fueses buey, y serás bañado con el rocío del cielo; y así pasarán por ti siete tiempos, o años, hasta tanto que conozcas que el Altísimo tiene dominio sobre el reino de los hombres, y lo da a quien le parece.


y te echarán de entre los hombres, y habitarás con las bestias y fieras, heno comerás como el buey, y pasarán de esta manera por ti siete tiempos, o años, hasta tanto que conozcas que el Altísimo tiene dominio sobre el reino de los hombres, y lo da a quien le place.


sino que te has levantado contra el dominador del cielo, y has hecho traer a tu presencia los vasos sagrados de su santo templo, y en ellos has bebido el vino tú, y los grandes de tu corte, y tus mujeres, y tus concubinas; has dado también culto a dioses de plata, y de oro, y de cobre, y de hierro, y de madera, y de piedra, los cuales no ven, ni oyen, ni sienten; pero a aquel gran Dios, de cuyo arbitrio pende tu respiración y cualquier movimiento tuyo, a ése no le has glorificado.


Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, tribus y lenguas, que habitan sobre la tierra: La paz abunde más y más en vosotros:


Les respondió Jonás : Yo soy hebreo, y temo o adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra.