Efesios 6:19 - Biblia Torres Amat 1825 y por mí también, a fin de que se me conceda saber desplegar mis labios para predicar con libertad, manifestando el misterio del Evangelio, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, Biblia Nueva Traducción Viviente Y oren también por mí. Pídanle a Dios que me dé las palabras adecuadas para poder explicar con valor su misterioso plan: que la Buena Noticia es para judíos y gentiles por igual. Biblia Católica (Latinoamericana) Rueguen también por mí, para que, al hablar, se me den palabras y no me falte el coraje para dar a conocer el misterio del Evangelio La Biblia Textual 3a Edicion y por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer abiertamente el misterio del evangelio, Biblia Serafín de Ausejo 1975 y también por mí, para que Dios ponga su Palabra en mis labios y me conceda anunciar con valentía el misterio del Evangelio, Biblia Reina Valera Gómez (2023) y por mí, para que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio; |
Entonces Pablo y Bernabé con gran entereza les dijeron: A vosotros debía ser primeramente anunciada la palabra de Dios; mas ya que la rechazáis, y os juzgáis vosotros mismos indignos de la vida eterna, de hoy en adelante nos vamos a predicar a los gentiles:
Sin embargo se detuvieron allí mucho tiempo, trabajando llenos de confianza en el Señor, que confirmaba la palabra de su gracia con los prodigios y milagros que hacía por sus manos.
Apolo, pues, comenzó a predicar con toda libertad en la sinagoga; y habiéndole oído Priscila y Aquila, se lo llevaron consigo, y le instruyeron más a fondo en la doctrina del Señor.
Pablo, entrando después en la sinagoga, predicó libremente por espacio de tres meses, disputando con los judíos, y procurando convencerlos en lo tocante al reino de Dios.
Entonces fueron llenados todos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en diversas lenguas las palabras que el Espíritu Santo ponía en su boca.
predicando el reino de Dios, y enseñando con toda libertad, sin que nadie se lo prohibiese, lo tocante a Nuestro Señor Jesucristo.
Viendo ellos la firmeza de Pedro y de Juan, constándoles por otra parte que eran hombres sin letras y del vulgo, estaban llenos de admiración, conociendo que eran de los que habían sido discípulos de Jesús .
Ahora, pues, Señor, mira sus vanas amenazas, y da a tus siervos el predicar con toda confianza tu palabra,
Acabada esta oración, tembló el lugar en que estaban congregados; y todos se sintieron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban con firmeza la palabra de Dios.
hasta tanto, que Bernabé, tomándole consigo, le llevó a los apóstoles, y les contó cómo el Señor se le había aparecido en el camino, y las palabras que le había dicho, y con cuánta firmeza había procedido en Damasco, predicando con libertad en el Nombre de Jesús .
Conversaba también con los de otras naciones, y disputaba con los judíos griegos; pero éstos, confundidos, buscaban medio para matarle.
Entretanto, hermanos, os suplico por nuestro Señor Jesucristo y por la caridad del Espíritu Santo, que me ayudéis con las oraciones que hagáis a Dios por mí,
Gloria a aquel que es poderoso para fortaleceros en mi buena nueva y en la doctrina de Jesucristo que yo predico, según la revelación del misterio de la redención; misterio que después de haber permanecido oculto en todos los siglos pasados,
porque en él habéis sido enriquecidos con toda suerte de bienes espirituales, con todo lo que pertenece a los dones de la palabra y de la ciencia,
sino que predicamos la sabiduría de Dios en el misterio de la encarnación, sabiduría recóndita, la cual predestinó y preparó Dios antes de los siglos para gloria nuestra,
A nosotros, pues, nos ha de considerar el hombre como unos ministros de Cristo , y dispensadores de los misterios de Dios.
ayudándonos vosotros también con vuestras oraciones, a fin de que muchos den gracias del beneficio que gozamos, ya que es para bien de muchas personas.
El amor, ¡oh corintios!, hace que mi boca se abra tan francamente, y se ensanche mi corazón.
Grande es la confianza que de vosotros tengo, muchos los motivos de gloriarme en vosotros; y así estoy inundado de consuelo, reboso de gozo en medio de todas mis tribulaciones.
a fin de que, siendo como sois, ricos en todas las cosas, en fe, en palabras, en ciencia, en toda solicitud, y además de eso en el amor que me tenéis, lo seáis también en esta especie de gracia.
para hacernos conocer el misterio, o arcano, de su voluntad, fundada en su mero beneplácito, por el cual se propuso
y de ilustrar a todos los hombres, descubriéndoles la dispensación del misterio que después de tantos siglos había estado en el secreto de Dios, creador de todas las cosas,
a fin de que sean consolados sus corazones, y que estando bien unidos por la caridad, sean llenados de todas las riquezas de una perfecta inteligencia, para conocer el misterio de Dios Padre, y de Jesucristo,
orando por nosotros, para que Dios nos abra la puerta de la predicación a fin de anunciar el misterio de la redención de los hombres por Cristo , (por cuya causa estoy todavía preso).
sino que habiendo sido antes maltratados y afrentados, o azotados con varas (como no ignoráis) en Filipos, puesta en nuestro Dios la confianza, pasamos animosamente a predicaros la buena nueva de Dios en medio de muchos obstáculos.
y nos veamos libres de los díscolos y malos hombres, porque al fin es de todos el alcanzar la fe.
Pero el Espíritu Santo dice claramente que en los venideros tiempos han de apostatar algunos de la fe, dando oídos a espíritus falaces y a doctrinas diabólicas,
Ahora sobre todo os suplico que lo hagáis, a fin de que cuanto antes me vuelva Dios a vosotros.