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Efesios 3:2 - Biblia Torres Amat 1825

porque sin duda habréis entendido de qué manera me confirió Dios el ministerio de su gracia entre vosotros,

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

A propósito, doy por sentado que ustedes saben que Dios me encargó de manera especial extenderles su gracia a ustedes, los gentiles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

A lo mejor han sabido de las gracias que Dios me concedió para bien de ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

si es que oísteis acerca de la administración de la gracia de Dios que me fue encomendada para vosotros,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

ya que habéis oído hablar de la misión de la gracia que Dios me ha concedido con respecto a vosotros:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

si es que habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me ha sido dada para con vosotros;

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Lòt tradiksyon



Efesios 3:2
27 Referans Kwoze  

Mientras estaban un día ejerciendo las funciones de su ministerio delante del Señor, y ayunando, les dijo el Espíritu Santo: Separadme a Saulo y a Bernabé para la obra a que los tengo destinados.


Entonces Pablo y Bernabé con gran entereza les dijeron: A vosotros debía ser primeramente anunciada la palabra de Dios; mas ya que la rechazáis, y os juzgáis vosotros mismos indignos de la vida eterna, de hoy en adelante nos vamos a predicar a los gentiles:


Pero el Señor me dijo: Anda, que yo te quiero enviar lejos de aquí hacia los gentiles.


Ve a encontrarlo, le dijo el Señor, que ese mismo es ya un instrumento elegido por mí para llevar mi Nombre y anunciarlo delante de todas las naciones, y de los reyes, y de los hijos de Israel.


por el cual nosotros hemos recibido la gracia y el apostolado para someter a la fe por la virtud de su nombre a todas las naciones,


Con vosotros hablo, ¡oh gentiles! Ya que soy el apóstol de las gentes, he de honrar mi ministerio,


Por lo que os exhorto a todos vosotros, en virtud del ministerio que por gracia se me ha dado, a que en vuestro saber o pensar, no os levantéis más alto de lo que debéis, sino que os contengáis dentro de los límites de la moderación, según la medida de fe que Dios ha repartido a cada cual.


A nosotros, pues, nos ha de considerar el hombre como unos ministros de Cristo , y dispensadores de los misterios de Dios.


Porque bien habéis oído decir el modo con que en otro tiempo vivía yo en el judaísmo, con qué exceso de furor perseguía a la Iglesia de Dios, y la desolaba,


restaurar en Cristo , cumplidos los tiempos prescritos, todas las cosas de los cielos y las de la tierra, reuniéndolas todas por él mismo, en un cuerpo o Iglesia.


del cual yo he sido constituido ministro, por el don de la gracia de Dios, que se me ha dado conforme a la eficacia de su poder.


A mí el más inferior de todos los santos o fieles se me dio esta gracia, de anunciar en las naciones las riquezas investigables de Cristo ,


y de ilustrar a todos los hombres, descubriéndoles la dispensación del misterio que después de tantos siglos había estado en el secreto de Dios, creador de todas las cosas,


pues en ella habéis oído predicar y aprendido, según la verdad de su doctrina,


si bien a cada uno de nosotros se le ha dado la gracia a medida de la donación, gratuita de Cristo .


al oír vuestra fe en Cristo Jesús y el amor que tenéis a todos los santos, o fieles.


El cual se ha propagado entre vosotros, como así mismo en todo el mundo, donde fructifica y va creciendo, del modo que lo ha hecho entre vosotros, desde aquel día en que oísteis y conocisteis la gracia de Dios según la verdad,


Gracias doy a aquel que me ha confortado, a Jesucristo nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio a mí,


Pues el fin de los mandamientos o de la ley es la caridad que nace de un corazón puro, de una buena conciencia, y de fe no fingida.


Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando las manos limpias, o puras de toda maldad, exentos de todo encono y disensión.


Por este motivo padezco lo que padezco, pero no me avergüenzo. Porque bien sé de quién me he fiado, y estoy cierto de que es poderoso para conservar mi depósito hasta aquel último día.