Baste al discípulo el ser tratado como su maestro, y al criado como su amo. Si al padre de familia le han llamado Beelzebub, ¿cuánto más a sus domésticos?
Efesios 2:19 - Biblia Torres Amat 1825 Así que ya no sois extraños, ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y domésticos o familiares de la Casa de Dios; Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, Biblia Nueva Traducción Viviente Así que ahora ustedes, los gentiles, ya no son unos desconocidos ni extranjeros. Son ciudadanos junto con todo el pueblo santo de Dios. Son miembros de la familia de Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Así, pues, ya no son extranjeros ni huéspedes, sino ciudadanos de la ciudad de los santos; ustedes son de la casa de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Así pues ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois conciudadanos con los santos y miembros de la familia de Dios, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así, pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que compartís la ciudadanía del pueblo santo y sois de la familia de Dios, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y de la familia de Dios; |
Baste al discípulo el ser tratado como su maestro, y al criado como su amo. Si al padre de familia le han llamado Beelzebub, ¿cuánto más a sus domésticos?
Así que, mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos, y sobre todo a aquellos que son, mediante la fe, de la misma familia del Señor que nosotros.
acordaos, digo, que vosotros no teníais entonces parte alguna con Jesucristo, estabais enteramente separados de la sociedad de Israel, extranjeros, por lo tocante a las alianzas, sin esperanza de la promesa o bienes prometidos, y sin Dios en este mundo.
el cual es el principio y la cabeza de toda esta gran familia que está en el cielo y sobre la tierra;
esto es, que los gentiles son llamados a la misma herencia que los judíos, miembros de un mismo cuerpo o Iglesia, y partícipes de la promesa divina en Jesucristo mediante el evangelio,
Pero nosotros vivimos ya como ciudadanos del cielo, de donde así mismo estamos aguardando al salvador Jesucristo Señor nuestro,
Ciertamente que los que hablan de esta suerte, bien dan a entender que buscan patria.
Ofrezcamos, pues, a Dios por medio de él sin cesar un sacrificio de alabanza, es a saber, el fruto de labios que bendigan su santo Nombre.
llevando una vida ajustada entre los gentiles, a fin de que por lo mismo que os censuran como a malhechores, reflexionando sobre las obras buenas que observan en vosotros, glorifiquen a Dios en el día en que los visitará.
Carísimos, nosotros somos ya ahora hijos de Dios; mas lo que seremos algún día no aparece aún. Sabemos sí que cuando se manifestare claramente Jesucristo, seremos semejantes a él en la gloria, porque le veremos como él es.