Entonces dije yo: ¡Oh cuántos hijos te daré a ti! Yo te daré la tierra deliciosa; una herencia esclarecida de ejércitos de gentes. Y añadí: Tú me llamarás padre, y no cesarás de caminar en pos de mí.
Efesios 1:5 - Biblia Torres Amat 1825 habiéndonos predestinado a ser de hijos suyos adoptivos por Jesucristo a gloria suya, por un puro efecto de su buena voluntad, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, Biblia Nueva Traducción Viviente Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. Biblia Católica (Latinoamericana) nos destinó de antemano
para ser hijos suyos en Jesucristo
y por medio de él.
Así lo quiso y le pareció bien La Biblia Textual 3a Edicion habiéndonos predestinado en amor para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesús el Mesías, según la complacencia de su voluntad, Biblia Serafín de Ausejo 1975 nos había predestinado a ser hijos adoptivos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, Biblia Reina Valera Gómez (2023) habiéndonos predestinado para la adopción de hijos por Jesucristo para sí, según el beneplácito de su voluntad, |
Entonces dije yo: ¡Oh cuántos hijos te daré a ti! Yo te daré la tierra deliciosa; una herencia esclarecida de ejércitos de gentes. Y añadí: Tú me llamarás padre, y no cesarás de caminar en pos de mí.
Pues al menos desde ahora arrepiéntete, y dime: Tú eres mi padre, tú el que velabas mi virginidad:
y ante él son reputados como una nada todos los habitantes de la tierra; porque según él quiere, así dispone, tanto de las potestades del cielo, como de los moradores de la tierra, ni hay quien resista a lo que él hace, y le pueda decir: ¿Por qué has hecho esto?
Mas algún día el número de los hijos del verdadero Israel será como el de las arenas del mar, que no tienen medida ni guarismo. Y sucederá que donde se les haya dicho a ellos: Vosotros no sois mi pueblo, se les dirá: Vosotros sois hijos del Dios vivo.
Y sin haberla conocido o tocado, dio a luz su hijo primogénito, y le puso el nombre de Jesús .
En aquel mismo punto Jesús manifestó un extraordinario gozo, al impulso del Espíritu Santo, y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes del siglo, y las has descubierto a los humildes y pequeños. Así es, ¡oh Padre!, porque así fue tu beneplácito.
Los habitantes de Nínive comparecerán también el día del juicio contra esta nación, y la condenarán; por cuanto ellos hicieron penitencia a la predicación de Jonás ; y veis aquí uno que es superior a Jonás .
No tenéis vosotros que temer, pequeñito rebaño, porque ha sido el agrado de vuestro Padre daros el reino.
Pero a todos los que le recibieron, que son los que creen en su nombre, les dio poder de llegar a ser hijos de Dios.
y no solamente por la nación judaica, sino también para congregar en un cuerpo a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
Le dijo Jesús : No me toques más, porque no he subido todavía a mi Padre; mas anda, ve a mis hermanos, y diles de mi parte: Subo a mi Padre y vuestro Padre; a mi Dios y vuestro Dios.
Oído esto por los gentiles se regocijaban, y glorificaban la palabra de Dios; y creyeron todos los que estaban preordinados para la vida eterna.
Y no solamente ellas, sino también nosotros mismos, que tenemos ya las primicias del Espíritu Santo, nosotros, con todo eso, suspiramos de lo íntimo del corazón, aguardando el efecto de la adopción de los hijos de Dios, esto es, la redención de nuestro cuerpo.
Pablo, apóstol de Jesucristo por la vocación y voluntad de Dios, y nuestro hermano Sóstenes,
Porque ya que el mundo, a vista de las obras de la sabiduría divina, no conoció a Dios por medio de la ciencia humana, quiso Dios salvar a los que creyesen en él por medio de la locura o simplicidad de la predicación de un Dios crucificado.
y yo os acogeré, y seré yo vuestro padre, y vosotros seréis mis hijos y mis hijas, dice el Señor todopoderoso.
Por él fuimos también nosotros llamados como por suerte, habiendo sido predestinados según el decreto de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad,
para hacernos conocer el misterio, o arcano, de su voluntad, fundada en su mero beneplácito, por el cual se propuso
Pues Dios es el que obra o produce en vosotros por un puro efecto de su buena voluntad, no sólo querer, sino ejecutar.
a fin de que sea glorificado en vosotros el nombre de nuestro Señor Jesucristo; y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Carísimos, nosotros somos ya ahora hijos de Dios; mas lo que seremos algún día no aparece aún. Sabemos sí que cuando se manifestare claramente Jesucristo, seremos semejantes a él en la gloria, porque le veremos como él es.
El que venciere poseerá todas estas cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.