De allí pasé a la puerta de la fuente de Siloé y al acueducto del rey; y ya no había camino por donde pudiese pasar la caballería en que iba.
Eclesiastés 2:6 - Biblia Torres Amat 1825 Construí estanques de aguas para regar el plantío de los árboles. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Biblia Nueva Traducción Viviente Construí represas para juntar agua con la cual regar todos mis huertos florecientes. Biblia Católica (Latinoamericana) Me hice cavar cisternas para regar mis plantaciones. La Biblia Textual 3a Edicion me hice estanques de agua, para regar con ellos el soto donde se cultivaban mis árboles; Biblia Serafín de Ausejo 1975 me construí estanques para regar la frondosa plantación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde los árboles crecían. |
De allí pasé a la puerta de la fuente de Siloé y al acueducto del rey; y ya no había camino por donde pudiese pasar la caballería en que iba.
y también otra carta para Asaf, guarda de los reales bosques, a fin de que me suministre maderas para construir las puertas de la torre del templo, y los muros de la ciudad, y la casa en que habré de habitar. Me lo otorgó el rey, porque estaba a mi favor la benéfica mano de Dios.
La puerta de la Fuente la construyó Sellum, hijo de Coloza, prefecto del cuartel de Masfa; él la concluyó y puso sus arquitrabes, y asentó las puertas y cerrojos, y barras, y reedificó la muralla desde la piscina de Siloé hasta el huerto del rey, y hasta la gradería por la cual se4 baja de la ciudad de David.
A continuación de éste construyó Nehemías, hijo de Azboc, prefecto de la mitad del cuartel de Betsur hasta enfrente del sepulcro de David, y hasta la piscina magnífica construida, hasta la casa de los Valientes de David.
El será como el árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, el cual dará su fruto en el debido tiempo, y cuya hoja no caerá nunca; y cuanto él hiciere tendrá próspero efecto.
Porque será como el árbol transplantado junto a las corrientes de las aguas, el cual extiende hacia la humedad sus raíces, y así no temerá la sequedad cuando venga el estío. Y estarán siempre verdes sus hojas, y no le hará mella la sequía, y jamás dejará de producir fruto.