Yo me hallo todavía sin fuerzas, aunque ungido rey, y esos hijos de Sarvia son demasiado violentos para mí. Dé el Señor la pena al malhechor, conforme a su maldad.
Daniel 6:16 - Biblia Torres Amat 1825 Entonces dio el rey la orden, y trajeron a Daniel, y le echaron en el lago de los leones. Y dijo el rey a Daniel: Tu Dios, a quien siempre adoras, él te librará. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces, finalmente el rey ordenó que arrestaran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. El rey le dijo: «Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te rescate». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el rey ordenó que detuvieran a Daniel y que lo arrojaran al foso de los leones. El rey dijo a Daniel: '¡Ojalá te salve tu Dios, al que sirves con tanta fidelidad!'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey dio orden, y trajeron a Daniel y lo echaron en el foso de los leones. Pero el rey dijo a Daniel: ¡Tu Dios, a quien sirves continuamente, Él te libre! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero aquellos hombres urgieron al rey y le dijeron: 'Recuerda, rey, que, según la ley de los medos y de los persas, toda prohibición o edicto promulgado por el rey es irrevocable'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y hablando el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, Él te librará. |
Yo me hallo todavía sin fuerzas, aunque ungido rey, y esos hijos de Sarvia son demasiado violentos para mí. Dé el Señor la pena al malhechor, conforme a su maldad.
A las seis tribulaciones te libertará, y a la séptima ya no tocará el mal.
El que sólo al hombre teme, presto caerá; el que espera en el Señor será exaltado.
Sábete que quedarán confundidos y avergonzados todos aquellos que te hacen guerra; serán como si no fuesen, y perecerán los que te contradicen.
porque yo soy el Señor Dios tuyo, el Santo de Israel, tu Salvador ; yo di por tu rescate a Egipto, Etiopía y Sabá.
En cuanto a mí, en vuestras manos estoy; haced de mí lo que mejor os parezca y sea de vuestro agrado.
A lo que contestó el rey Sedecías: Ahí lo tenéis a vuestra disposición; que no es posible que el rey os niegue cosa alguna.
Cogieron, pues, a Jeremías, y lo metieron en la cisterna de Melquías, hijo de Amelec, situada en el atrio de la cárcel; y por medio de sogas descolgaron a Jeremías en la cisterna, donde no había agua, sino lodo; así pues, Jeremías quedó hundido en el cieno.
En ese día yo te libraré, dice el Señor, y no serás entregado en poder de los hombres, de quienes tiemblas tanto,
Ahora, pues, si estáis dispuestos a obedecer, al punto que oigáis el sonido de la trompeta, de la flauta, del arpa, de la zampoña, y del salterio, y de la sinfonía, y de todo género de instrumentos músicos, postraos, y adorad la estatua que yo he hecho; pero si no la adoráis, al instante seréis arrojados en el horno ardiente de fuego. ¿Y cuál es el dios que os librará de mi mano?
Porque he aquí que nuestro Dios, a quien adoramos, puede librarnos del horno del fuego ardiente, y sustraernos, oh rey, de tus manos.
Entonces Nabucodonosor prorrumpió en estas palabras: ¡Bendito sea el Dios de ellos, el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, el cual ha enviado su ángel, y ha librado a sus siervos, que creyeron o confiaron en él, y pospusieron el mandato del rey, y sacrificaron sus cuerpos por no servir ni adorar a otro dios alguno fuera de su Dios!
Y arrimándose a la fosa llamó a Daniel, con voz llorosa, diciendo: ¡Daniel, siervo del Dios vivo!, el Dios tuyo a quien sirves siempre, ¿ha podido acaso librarte de los leones?
Todos los príncipes de tu reino, los magistrados y los sátrapas, los senadores y jueces son de parecer que se promulgue un real decreto, mandando que todo aquel que pidiere alguna cosa a cualquier dios u hombre hasta que pasen treinta días, sino a ti, oh rey, sea arrojado en el lago de los leones.
Pasados dos años, Félix recibió por sucesor a Porcio Festo; y queriendo congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.
que si en algo les he ofendido, o he hecho alguna cosa por la que sea reo de muerte, no rehúso morir; pero si no hay nada de cuanto éstos me imputan, ninguno tiene derecho para entregarme a ellos. Apelo a César.
Mas Festo queriendo congraciarse con los judíos, respondiendo a Pablo, le dijo: ¿Quieres subir a Jerusalén , y ser allí juzgado ante mí?
Mas los príncipes o magistrados no son de temer por las buenas obras que se hagan, sino por las malas. ¿Quieres tú no tener que temer nada de aquel que tiene el poder? Pues obra bien; y merecerás de él alabanza:
El cual nos ha librado y nos libra aun de tan graves peligros de muerte; y en quien confiamos que todavía nos ha de librar,