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Daniel 4:1 - Biblia Torres Amat 1825

El rey Nabucodonosor a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Vaya siempre en aumento vuestra paz o felicidad.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El rey Nabucodonosor envió el siguiente mensaje a la gente de todas las razas, naciones y lenguas del mundo: «¡Paz y prosperidad a todos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y vivía feliz en mi palacio,

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La Biblia Textual 3a Edicion

El rey Nabucodonosor a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: ¡Paz os sea multiplicada!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa y vivía feliz en mi palacio

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada:

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Lòt tradiksyon



Daniel 4:1
16 Referans Kwoze  

Entonces Amasai, caudillo de los treinta, movido de Espíritu superior o divino, dijo: Tuyos somos, oh David, y contigo estamos, oh hijo de Isaí; paz, paz a ti; y paz a tus defensores; ya que a ti te defiende tu Dios. Los recibió, pues, David y los hizo oficiales principales de su ejército.


Respondió el rey a Reum Beelteem, y a Samsai, secretario, y a los otros habitantes de Samaria que eran del consejo de ellos, y a los demás de la otra parte del río, diciéndoles, después de saludarlos:


La carta que le enviaron decía así: Al rey Darío, salud y toda suerte de prosperidad.


Fueron, pues, llamados los secretarios del rey el primer mes, llamado Nisán, el día trece del mismo mes; y escribieron en nombre del rey Asuero, según la orden de Amán, a todos los sátrapas del rey, y a los jueces de las provincias y de las diversas naciones según la variedad de las lenguas, para que cada nación pudiese leer el edicto y entenderlo; y las cartas, selladas, con el anillo del rey,


Con esto, llamados los secretarios y escribientes del rey, corriendo el mes tercero, llamado Sibán, el día veintitrés, fueron escritas las cartas del modo que quiso Mardoqueo, a los judíos, y a los príncipes, y a los gobernadores, y jueces que mandaban en las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta la Etiopía; provincia por provincia, pueblo por pueblo, según sus lenguas y alfabetos, como también a los judíos, para que todo el mundo pudiese leerlas y entenderlas.


Este, pues, es el decreto que yo expido: Perezca cualquier pueblo, tribu o lengua que hable mal del Dios de Sidrac, Misac y Abdénago; y sean derruidas sus casas, porque no hay otro dios que pueda así salvar.


y gritaba un pregonero en alta voz: A vosotros, ¡oh pueblos, tribus y lenguas!, se os manda,


Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, tribus y lenguas, que habitan sobre la tierra: La paz abunde más y más en vosotros:


El es el libertador y el salvador , el que obra prodigios y maravillas en cielo y tierra, él es el que ha librado a Daniel del lago de los leones.


Y le dio éste la potestad, el honor y el reino; y todos los pueblos, tribus y lenguas le servían a él; la potestad suya es potestad eterna que no le será quitada, y su reino es indestructible.


Así dice el Señor de los ejércitos: Esto será cuando diez hombres de cada lengua y de cada nación cogan a un judío, asiéndole de la franja de su vestido, y le digan: Iremos contigo porque hemos conocido que verdaderamente con vosotros está Dios.


Divulgado, pues, este suceso, acudió una gran multitud de ellos, y quedaron atónitos, al ver que cada uno oía hablar a los apóstoles en su propia lengua.


A todos aquellos que estáis en Roma, que sois amados de Dios, y santos por vuestra vocación, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y de nuestro Señor Jesucristo.


la gracia sea con vosotros, y la paz de Dios, padre nuestro , y del Señor Jesucristo.


Bien sabes cómo al irme a Macedonia te pedí que te quedases en Efeso, para que hicieses entender a ciertos sujetos que no enseñasen doctrina diferente de la nuestra,


Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha regenerado con una viva esperanza de vida eterna, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,