Y el rey se enamorará más de tu beldad; porque él es el Señor Dios tuyo, a quien todos han de adorar.
Cantares 4:7 - Biblia Torres Amat 1825 Ven, desciende del Líbano, esposa mía, vente del Líbano; ven y serás coronada; ven de la cima del monte Amaná de las cumbres de Sanir y del Hermón, de esos lugares guarida de leones, de esos montes morada de leopardos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Toda tú eres hermosa, amiga mía, Y en ti no hay mancha. Biblia Nueva Traducción Viviente Toda tú eres hermosa, amada mía, bella en todo sentido. Biblia Católica (Latinoamericana) Eres toda hermosa, amada mía,
en ti no hay ningún defecto. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Toda tú, oh amada mía, eres hermosa, Y en ti no hay mancha! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Eres toda hermosa, amada mía, no hay defecto en ti. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Toda tú eres hermosa, amada mía y en ti no hay mancha. |
Y el rey se enamorará más de tu beldad; porque él es el Señor Dios tuyo, a quien todos han de adorar.
En el interior está la principal gloria o lucimiento de la hija del rey; ella está cubierta de un vestido con varios adornos,
Tú sí, amado mío, que eres el hermoso y el agraciado. De flores es nuestro lecho,
Tus dientes blancos y bien unidos como hatos de ovejas trasquiladas, acabadas de lavar, todas con dobles crías, sin que haya entre ellas una estéril.
A su huerto hubo de bajar mi amado, al plantío de las hierbas aromáticas, para recrearse en los verjeles y coger azucenas.
Entonces mi amado metió su mano por la ventanilla de la puerta probando si la abriría, y a este ruido que hizo se conmovió mi corazón.
¡Oh cuán bellos son tus Tabernáculos, Jacob , y tus pabellones, oh Israel!
ahora, en fin, os ha reconciliado en el cuerpo mortal de su carne por medio de la muerte que ha padecido, a fin de presentaros santos sin mancilla, e irreprensibles delante de él en la gloria,
y creed que es para salvación la longanimidad o larga paciencia de nuestro Señor: según también nuestro carísimo hermano Pablo os escribió conforme a la sabiduría que se le ha dado,
al solo Dios, salvador nuestro, por Jesucristo nuestro Señor, sea dada la gloria y magnificencia, imperio y potestad antes de todos los siglos, y ahora, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Ahora, pues, yo, Juan, vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén , descender del cielo por la mano de Dios, compuesta, como una novia engalanada para su esposo.