dirige su curso hacia el mediodía, y declina después hacia el norte; corre el viento soplando por toda la tierra, y vuelve a comenzar después sus giros.
Cantares 4:16 - Biblia Torres Amat 1825 Dormía yo, y estaba mi corazón velando; y he aquí la voz de mi amado que llama y dice: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, mi inmaculada y purísima: Porque está llena de rocío mi cabeza, y de neblina de la noche mis cabellos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Levántate, Aquilón, y ven, Austro; Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Despierta, viento del norte! ¡Levántate, viento del sur! Soplen en mi jardín y esparzan su fragancia por todas partes. Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores frutos. Biblia Católica (Latinoamericana) Soplen, vientos del norte
y del desierto,
soplen en mi huerto
para que se expandan sus aromas,
y así entre mi amado en su huerto
y coma de sus exquisitos frutos. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Despierta, oh Aquilón! ¡Ven, oh Austro, y sopla sobre mi huerto para que se esparzan sus aromas! Ella ¡Venga mi amado a su huerto Y coma sus preciados frutos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Levántate, aquilón; avanza, austro, soplad en mi jardín, que corran sus perfumes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Levántate, viento del norte, y ven, viento del sur; soplad sobre mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta. |
dirige su curso hacia el mediodía, y declina después hacia el norte; corre el viento soplando por toda la tierra, y vuelve a comenzar después sus giros.
Negra soy, o morena, hija de Jerusalén , pero soy bien parecida; soy como las tiendas de Cedar, como los pabellones de Salomón .
Me introduje en la pieza en que tiene el vino más exquisito, y ordenó en mí el amor.
Al ligero gamo y al cervatillo se parece mi amado. Vedlo ya cómo se pone detrás de la pared nuestra, cómo mira por las ventanas, cómo está atisbando por las celosías.
Y le respondí: ¡Válgame Dios, esposo mío!, si ya me despojé de mi túnica, ¿me la he de volver a poner? Lavé mis pies, ¿y me los he de volver a ensuciar?
Hermosa eres, querida mía, y llena de dulzura; bella como Jerusalén , terrible y majestuosa como un ejército en orden de batalla.
Oh tú, la que moras en las huertas, los amigos están escuchando; hazme oír, pues, tu sonora voz.
¡Oh, si rasgarás los cielos, y descendieras! A tu presencia se derretirían como cera los montes.
Y me dijo el Señor: Profetiza al espíritu, profetiza, oh hijo de hombre, y dirás al espíritu: Esto dice el Señor Dios: Ven tú, ¡oh espíritu!, de las cuatro partes del mundo, y sopla sobre estos muertos, y resuciten.
Lo cual oyendo Jesús , les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer, y reprobáis lo que hace, siendo buena, como es, la obra que ha hecho conmigo?
Y derramando ella sobre mi cuerpo este bálsamo lo ha hecho para disponer de antemano mi sepultura.
Pues el espíritu, o el aire, sopla donde quiere; y tú oyes su sonido, mas no sabes de dónde sale, o a dónde va; eso mismo sucede al que nace del espíritu.
Acabada esta oración, tembló el lugar en que estaban congregados; y todos se sintieron llenos del Espíritu Santo, y anunciaban con firmeza la palabra de Dios.
de ser ministro de Jesucristo entre las naciones; para ejercer el sacerdocio de la buena nueva de Dios, a fin de que la oblación de los gentiles le sea grata, estando santificada por el Espíritu Santo.
Cumplido, pues, este encargo, y habiéndoles entregado este fruto de la caridad, dirigiré por ahí mi camino a España.
Por lo que dice la Escritura: Mirad que yo voy a poner en Sión la principal piedra del ángulo, piedra selecta y preciosa; y cualquiera que por la fe se apoyare sobre ella, no quedará confundido.
Lo que fue desde el principio o desde la eternidad, lo que oímos, lo que vimos con nuestros ojos, y contemplamos, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de la vida,