Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Cantares 1:16 - Biblia Torres Amat 1825

de cedro las vigas de nuestras habitaciones, y de ciprés sus artesonados.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; Nuestro lecho es de flores.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Y tú eres tan apuesto, amor mío, tan agradable que no puedo expresarlo! La tierna hierba es nuestra cama;

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Amado mío, ¡qué hermoso eres, qué delicioso! Nuestro lecho es sólo verdor.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Ella He aquí eres hermoso, oh amado mío, También placentero. Nuestro lecho es de flores,°

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Qué hermoso eres, amado mío, qué dulce delicia! Nuestro lecho es de fronda.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho también florido.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Cantares 1:16
13 Referans Kwoze  

Contigo está el principado el día de tu poderío, en medio de los resplandores de la santidad; de mis entrañas te engendré, antes de existir el lucero de la mañana.


¡Oh tú el más gentil en hermosura entre los hijos de los hombres!, derramada se ve la gracia en tus labios; por eso te bendijo Dios para siempre.


Tú sí, amado mío, que eres el hermoso y el agraciado. De flores es nuestro lecho,


Me introduje en la pieza en que tiene el vino más exquisito, y ordenó en mí el amor.


He aquí que me habla mi amado y dice: Levántate, apresúrate, amiga mía, paloma mía, hermosa mía, y vente al campo;


todos armados de espadas y muy diestros en los combates; cada uno lleva su espada al lado, por temor de los peligros nocturnos.


Entonces mi amado metió su mano por la ventanilla de la puerta probando si la abriría, y a este ruido que hizo se conmovió mi corazón.


Me encontraron las patrullas que rondan la ciudad, me hirieron, y me lastimaron; y me quitaron mi manto, con que me cubría, las centinelas de los muros.


Yo digo: Subiré a este palmero y cogeré sus frutos, y serán para mí tus pechos como racimos de uvas, y el olor de tu boca, como de manzanas.


Mas ¿cuál será el bien venido de él, y lo hermoso que de él nos vendrá, sino el trigo de los escogidos, y el vino que engendra vírgenes?