Implorará el hombre la misericordia de Dios; el cual se aplacará, y le mirará con su rostro alegre, y le restituirá su justicia.
Apocalipsis 22:4 - Biblia Torres Amat 1825 Y verán su cara, y tendrán el nombre de él sobre sus frentes. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Biblia Nueva Traducción Viviente Verán su rostro y tendrán su nombre escrito en la frente. Biblia Católica (Latinoamericana) Verán su rostro y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá noche. La Biblia Textual 3a Edicion y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 verán su rostro y llevarán su nombre en la frente. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. |
Implorará el hombre la misericordia de Dios; el cual se aplacará, y le mirará con su rostro alegre, y le restituirá su justicia.
Pero yo compareceré en tu presencia con la justicia de mis obras; y quedaré plenamente saciado, cuando se me manifieste tu gloria.
Impresa está, Señor, sobre nosotros la luz de tu rostro: tú has infundido la alegría en mi corazón.
Sedienta está mi alma del Dios fuerte y vivo. ¡Cuándo será que yo llegue, y me presente ante Dios!
Entonces tu corazón hará memoria de sus pasados temores. ¿Dónde está, dirá él, el letrado? ¿Dónde el orgulloso que pesaba las palabras de la ley? ¿Dónde el maestro de niños?
Esforzad, ¡oh ministros del Señor!, las manos flojas, y enrobusteced las rodillas débiles.
Oí una voz que me decía: Clama. Yo respondí: ¿Qué es lo que he de clamar? Clama, dijo, que toda carne es heno, y toda su gloria como la flor del prado.
Bienaventurados los que tienen puro su corazón, porque ellos verán a Dios.
El que me sirve, sígame; que donde yo estoy, allí estará también el que me sirve; y a quien me sirviere, le honrará mi Padre.
¡Oh Padre!, yo deseo ardientemente que aquellos que tú me has dado, estén conmigo allí mismo donde yo estoy para que contemplen mi gloria, cual tú me la has dado; porque tú me amaste desde antes de la creación del mundo.
Ahora no vemos a Dios sino como en un espejo, y bajo imágenes oscuras; pero entonces le veremos cara a cara. Yo no le conozco ahora sino imperfectamente; mas entonces le conoceré con una visión clara, a la manera que soy yo conocido.
atendiendo a que ninguno se aparte de la gracia de Dios, que ninguna raíz de amargura brotando fuera y extendiendo sus ramas sofoque la buena semilla, y por dicha raíz se contaminen muchos.
Y he aquí que miré; y vi que el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil personas que tenían escrito en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.
Oí también el número de los señalados, que eran ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de los hijos de Israel.