Sé, pues, obediente al Señor, y preséntale tus súplicas. No tengas envidia del que hace fortuna en su carrera, del hombre que comete injusticias.
Apocalipsis 2:3 - Biblia Torres Amat 1825 Pero contra ti tengo que has perdido el fervor de tu primera caridad. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Biblia Nueva Traducción Viviente Has sufrido por mi nombre con paciencia sin darte por vencido. Biblia Católica (Latinoamericana) Tampoco te falta la constancia y has sufrido por mi nombre sin desanimarte, La Biblia Textual 3a Edicion y° tienes perseverancia, y soportaste por causa de mi nombre, y no has desmayado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tienes constancia y has sufrido por mi nombre sin desfallecer. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y has sufrido, y tienes paciencia, y has trabajado por mi nombre y no has desmayado. |
Sé, pues, obediente al Señor, y preséntale tus súplicas. No tengas envidia del que hace fortuna en su carrera, del hombre que comete injusticias.
Pues por amor a ti he sufrido los ultrajes, y se ve cubierto de confusión el rostro mío.
Yo sufriré el castigo del Señor, pues pequé contra él, hasta tanto que él juzgue mi causa, y se declare en favor mío. El me volverá a la luz del día, y yo veré su justicia.
Al paso alquilaron a un hombre que venía de una granja, llamado Simón Cireneo, padre de Alejandro y de Rufo obligándolo a que llevase la cruz de Jesús ,
Y el que no carga con su cruz, y me sigue, tampoco puede ser mi discípulo.
Les propuso también esta parábola, para hacer ver que conviene orar perseverantemente y no desfallecer,
Le replicó Simón: Maestro, toda la noche hemos estado fatigándonos y nada hemos cogido; no obstante, sobre tu palabra echaré la red.
En fin, la que cae en buena tierra, denota aquellos que con un corazón bueno y muy sano oyen la palabra de Dios, y la conservan con cuidado, y mediante la paciencia dan fruto sazonado.
Pero todo esto lo ejecutarán con vosotros por causa y odio de mi nombre; porque no conocen al que me ha enviado.
Alegraos con la esperanza del premio; sed pacientes en la tribulación; en la oración continuos;
Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan para el servicio del Señor. Saludad a nuestra carísima Pérsida, la cual asimismo ha trabajado mucho por el Señor.
dando la vida eterna a los que, por medio de la perseverancia en las buenas obras, aspiran a la gloria, al honor y a la inmortalidad,
Si esperamos, pues, lo que no vemos todavía, claro está que lo aguardamos por medio de la paciencia.
a todo se acomoda, cree todo el bien del prójimo, todo lo espera, y lo soporta todo.
Os ruego que tengáis mucha deferencia a personas de ese carácter, y a todos los que cooperan y trabajan en la obra de Dios.
ni nos gloriamos desmesuradamente atribuyéndonos las fatigas de otros; esperamos, sí, que yendo vuestra fe siempre en aumento, haremos, sin salir de nuestros límites, mayores progresos entre vosotros,
¿Son ministros de Cristo ? (aunque me expongo a pasar por imprudente), diré que yo lo soy más que ellos, pues me he visto en muchísimos más trabajos, más en las cárceles, en azotes sin medida, en riesgos de muerte frecuentemente;
Por lo cual teniendo nosotros este ministerio de predicar la nueva ley, en virtud de la misericordia que hemos alcanzado de Dios, no decaemos de ánimo;
Por lo cual no desmayamos; antes aunque en nosotros el hombre exterior o el cuerpo se vaya desmoronando, el interior o el espíritu se va renovando de día en día.
Por esta razón todo nuestro deseo consiste en hacernos agradables al Señor, ora habitemos en el cuerpo, ora salgamos de él, para irnos con Dios,
de azotes, de cárceles, de sediciones, de trabajos, de vigilias, de ayunos,
Comportad las cargas unos de otros, y con eso cumpliréis la ley de Cristo .
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque si perseveramos, a su tiempo recogeremos el fruto.
conservando la palabra de vida que os he predicado, para que yo me gloríe en el día de Cristo , de que no he corrido en balde, ni en balde he trabajado.
También te pido a ti, ¡oh fiel compañero!, que asistas a ésas que conmigo han trabajado por el Evangelio con Clemente y los demás coadjutores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
corroborados en toda suerte de fortaleza por el poder glorioso de su gracia, para tener siempre una perfecta paciencia, y longanimidad acompañada de alegría,
acordándonos delante del Dios y padre nuestro de las obras de vuestra fe, de los trabajos de vuestra caridad, y de la firmeza de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo,
Porque bien os acordaréis, hermanos míos, de nuestros trabajos y fatigas por amor vuestro; cómo trabajando de día y de noche, a trueque de no gravar a nadie, ganándonos nuestro sustento, predicamos ahí la buena nueva de Dios.
dándoles las mayores muestras de caridad por sus desvelos; conservad la paz con ellos.
Y si alguno no obedeciere lo que ordenamos en nuestra carta, tildadle al tal, y no converséis con él, para que se avergüence y enmiende;
Por lo que os comunicamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de cualquiera de entre vuestros hermanos que proceda desordenadamente, y no conforme a la tradición o enseñanza que ha recibido de nosotros.
No porque no tuviésemos potestad para hacerlo, sino a fin de daros en nuestra persona un dechado para imitar.
Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Y también: El obrero merece su jornal.
Pues dentro de un brevísimo tiempo, dice Dios, vendrá aquel que ha de venir, y no tardará.
poniendo siempre los ojos en Jesús , autor y consumador de la fe, el cual en vista del gozo que le estaba preparado en la gloria sufrió la cruz, sin hacer caso de la ignominia, y en premio está sentado a la diestra del trono de Dios.
Puesto que no tenemos aquí ciudad fija, sino que vamos en busca de la que está por ve-nir.
Deseamos que cada uno de vosotros muestre el mismo fervor hasta el fin para el cumplimiento o perfección de su esperanza,
Por eso en la promesa que Dios hizo a Abrahán, como no tenía otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo,
Ello es que los hombres juran por quien es mayor que ellos; y el juramento es la mayor seguridad que pueden dar, para terminar sus diferencias.
con la piedad el amor fraternal, y con el amor fraternal la caridad, o amor de Dios.
Un día de domingo fui arrebatado en espíritu, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
Mira que vengo luego: mantén lo que tienes de bueno en tu alma, no sea que otro se lleve tu corona.