Y todas las gentes que han combatido contra Ariel, y todos los soldados que le han sitiado, y prevalecido contra ella vendrán a ser como un sueño y visión nocturna.
Apocalipsis 16:18 - Biblia Torres Amat 1825 Y siguieron relámpagos, y voces, y truenos, y se sintió un gran terremoto, tal y tan grande, como nunca hubo desde que hay hombres sobre la tierra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces rugieron y retumbaron truenos, y salieron relámpagos; y se produjo un fuerte terremoto, el peor desde que el hombre fue puesto sobre la tierra. Biblia Católica (Latinoamericana) Se produjeron relámpagos, retumbar de truenos y un violento terremoto. Nunca hubo terremoto tan violento como éste desde que hay hombres sobre la tierra. La Biblia Textual 3a Edicion Y hubo relámpagos y voces y truenos, y se produjo un gran sismo: un terremoto° tan grande y terrible cual no lo hubo desde que existe hombre sobre la tierra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hubo relámpagos, voces y truenos y sobrevino un violento terremoto, cual no lo hubo desde que existe el hombre sobre la tierra, tal fue su violencia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y hubo voces, y relámpagos y truenos; y hubo un gran temblor, un terremoto tan grande, cual no hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. |
Y todas las gentes que han combatido contra Ariel, y todos los soldados que le han sitiado, y prevalecido contra ella vendrán a ser como un sueño y visión nocturna.
Y en aquel tiempo se levantará Miguel, príncipe grande, que es el defensor de los hijos de tu pueblo; porque vendrá un tiempo tal, cual nunca se ha visto desde que comenzaron a existir las naciones hasta aquel día. Y en aquel tiempo tu pueblo será salvado; lo será todo aquel que se hallare escrito en el libro.
Porque será tan terrible la tribulación entonces, como no la hubo semejante desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás.
El segundo ay se pasó, y bien pronto vendrá el ay tercero, o la tercera desdicha.
En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.
Y enfrente del solio había como un mar transparente de vidrio semejante al cristal, y en medio del espacio en que estaba el trono y alrededor de él, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.
Y las estrellas cayeron del cielo sobre la tierra, a la manera que una higuera, sacudida de un recio viento, deja caer sus brevas.
Entretanto los siete ángeles, que tenían las siete trompetas, se dispusieron para tocarlas.