y alzando los ojos, miró a Israel, acampado en las tiendas, y distribuido por tribus; y arrebatado del espíritu de Dios,
Apocalipsis 1:10 - Biblia Torres Amat 1825 que decía: Lo que ves, escríbelo en un libro, y remítelo a las siete Iglesias de Asia, a saber, a Efeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia, y a Laodicea. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, Biblia Nueva Traducción Viviente Era el día del Señor, y yo estaba adorando en el Espíritu. De repente, oí detrás de mí una fuerte voz, como un toque de trompeta, Biblia Católica (Latinoamericana) Se apoderó de mí el Espíritu el día del Señor y oí a mis espaldas una voz que sonaba como trompeta: La Biblia Textual 3a Edicion Y estando en espíritu° en el día dominical,° oí detrás de mí una gran° voz, como de trompeta, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fui arrebatado en espíritu, el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo fui en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta, |
y alzando los ojos, miró a Israel, acampado en las tiendas, y distribuido por tribus; y arrebatado del espíritu de Dios,
Les replicó: ¿Pues cómo David en espíritu profético le llama su Señor, cuando dice:
Aquel mismo día primero de la semana, siendo ya muy tarde, y estando cerradas las puertas de la casa, donde se hallaban reunidos los discípulos por miedo de los judíos, vino Jesús , y apareciéndose en medio de ellos, les dijo: La paz sea con vosotros.
Ocho días después, estaban otra vez los discípulos en el mismo lugar, y Tomás con ellos, vino Jesús estando también cerradas las puertas, y se les puso en medio, y dijo: La paz sea con vosotros.
Mas como el primer día de la semana nos hubiésemos congregado para partir, y comer el pan eucarístico, Pablo, que había de marchar al día siguiente, conferenciaba con los oyentes y alargó la plática hasta la medianoche.
Ahora, pues, yo os declaro que ningún verdadero profeta, ningún hombre que habla inspirado de Dios, dice anatema a Jesús . Ni nadie puede confesar que Jesús es el Señor, sino por el Espíritu Santo.
El primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte y deposite aquello que le dicte su buena voluntad, a fin de que no se hagan las colectas al tiempo mismo de mi llegada.
Y me arrebató en espíritu al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
Con eso me llevó en espíritu a un monte grande y encumbrado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén , que descendía del cielo y venía de Dios,