Maldito, pues, serás tú desde ahora sobre la tierra, la cual ha abierto su boca, y recibido de tu mano la sangre de tu hermano.
2 Samuel 4:11 - Biblia Torres Amat 1825 ¿cuánto más, oh hombres malvados, que habéis asesinado a un inocente dentro de su misma casa, sobre su cama, he de vengar yo ahora su sangre en vosotros que la habéis derramado con vuestras manos, y extirparos de la tierra? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 ¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora, pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Cuánto más debo recompensar a los hombres malignos que mataron a un hombre inocente en su propia casa y mientras estaba en la cama? ¿No debería hacerlos responsables de su sangre y así liberar al mundo de su presencia? Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Con mayor razón ahora que unos malhechores han asesinado en su casa a un hombre bueno mientras dormía, les voy a hacer pagar la sangre que derramaron, y los voy a barrer de la tierra!' La Biblia Textual 3a Edicion ¡cuánto más a vosotros, hombres perversos que asesinasteis a un hombre justo en su propio lecho y en su misma casa! ¿No he de demandar ahora su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿cuánto más ahora que unos malvados han asesinado a un hombre honrado en su casa y sobre su lecho, no he de reclamar su sangre de vuestras manos, exterminándoos de la tierra?' Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra? |
Maldito, pues, serás tú desde ahora sobre la tierra, la cual ha abierto su boca, y recibido de tu mano la sangre de tu hermano.
dijo a Noé : Llegó ya el fin de todos los hombres decretado por mí; llena está de iniquidad toda la tierra por sus malas obras; pues yo los exterminaré juntamente con la tierra.
Y destruyó todas las criaturas, que vivían sobre la tierra, desde el hombre hasta las bestias, tanto los reptiles como las aves del cielo; y no quedó viviente en la tierra; sólo quedó Noé , y los que estaban con él en el arca .
Ahora te ha dado el Señor el pago de toda la sangre derramada en casa de Saúl; por cuanto tú le usurpaste el reino, el Señor se lo ha traspasado a manos de tu hijo Absalón; mira cómo te ves oprimido de males, por haber sido tú un hombre sanguinario.
Vuelto Abner a Hebrón, lo llamó Joab aparte, llevándolo al medio de la puerta, o juzgado de la ciudad, con pretexto de hablarle, urdida ya la traición; y allí le hirió en una ingle, y lo mató para vengar la sangre de Asael, su hermano.
Yo me hallo todavía sin fuerzas, aunque ungido rey, y esos hijos de Sarvia son demasiado violentos para mí. Dé el Señor la pena al malhechor, conforme a su maldad.
Y el Señor hará recaer su sangre sobre su cabeza, puesto que él asesinó a dos varones justos, y mejores que él, atravesando con su espada, sin que mi padre David lo supiese, a Abner, hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, general del ejército de Judá.
Estén siempre los delitos de ellos ante los ojos del Señor, y desaparezca de la tierra su memoria,
Porque vengando la sangre de sus siervos, ha hecho ver que se acuerda de ellos; no ha echado en olvido el clamor de los pobres.
Quien hiriere a un hombre, matándole voluntariamente, muera sin remisión.
Pues esta vez, extendiendo mi mano te castigaré a ti y a tu pueblo con mortal pestilencia, y serás exterminado de la tierra.
Mas los impíos serán exterminados de la tierra, y los malhechores arrancados de ella.
El justo que cae en pecado, viéndolo el impío, es una fuente enturbiada con los pies, y un manantial corrompido.
Así, pues, les hablaréis: Los dioses que no han hecho los cielos y la tierra perezcan de la faz de la tierra, y del número de las cosas que están debajo del cielo.
Mas qué ¿no existes tú desde el principio , ¡oh Señor Dios mío mi Santo!, y el que nos librará de la muerte? ¡Oh Señor!, tú has destinado a este Nabucodonosor para ejercer tu venganza, y le has dado tan gran poderío para castigarnos por medio de él.
Por eso la ley se ve burlada, y no se hace justicia, por cuanto el impío puede más que el justo, por eso salen corrompidos los juicios.