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2 Samuel 14:14 - Biblia Torres Amat 1825

Todos nos vamos muriendo, y deslizando como el agua derramada por la tierra, la cual nunca vuelve atrás; ni Dios quiere que perezca ningún hombre, antes bien está propenso siempre a revocar la sentencia, a fin de que no perezca enteramente el que está abatido.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Todos moriremos algún día. Nuestra vida es como agua derramada en el suelo, la cual no se puede volver a juntar. Pero Dios no arrasa con nuestra vida, sino que idea la manera de traernos de regreso cuando hemos estado separados de él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Todos estamos condenados a morir: no se recupera el agua que se derrama en el suelo; Dios no hace que vuelvan los muertos. Que el rey, pues, busque los medios para que regrese el que fue exiliado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pues irremisiblemente hemos de morir, y somos como agua derramada en la tierra, que no puede ser recogida, pero ’Elohim no quita la vida, sino que provee medios para que el desterrado no siga alejado de Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Todos hemos de morir; y como el agua que se derrama en tierra no vuelve a recogerse, así Dios tampoco levanta un cadáver. Piense, pues, sus planes el rey, para no mantener desterrado lejos de él al proscrito.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas en la tierra, que no pueden volver a recogerse; y Dios no hace acepción de personas, sino que provee los medios para que su desterrado no quede alejado de Él.

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Lòt tradiksyon



2 Samuel 14:14
31 Referans Kwoze  

Respondió David al mensajero: Le dirás a Joab: No desmayes por ese fracaso; porque los acaecimientos de la guerra son varios, y una vez éste, otra vez aquél, perecen algunos al filo de la espada. Reanima a tus guerreros contra la ciudad, y esfuérzalos hasta destruirla.


Por esto, pues, he venido yo ahora a proponer a mi rey y señor esta súplica en presencia del pueblo. Porque dijo tu sierva: Hablaré al rey, a ver si de algún modo puedo obtener la gracia que le pediré.


Y con esto humillaré el linaje de David, aunque no para siempre.


Mas, ¿acaso ha de volver a vivir un hombre ya muerto? Sí, y por eso en la guerra continua en que me hallo, estoy esperando siempre aquel día feliz en que vendrá mi mudanza o gloriosa renovación.


Bien sé que me has de entregar en poder de la muerte, la cual es el paradero de todos los vivientes.


Toda carne perecería de un golpe, y el hombre se tornaría en polvo.


que no repara en que sean príncipes ni hace caso de que sean tiranos o poderosos, cuando pleitean contra el pobre; porque todos igualmente son hechura de sus manos.


Me he disuelto como agua, y todos mis huesos se han dispersado. Mi corazón está como una cera, derritiéndose dentro de mis entrañas.


Todo mi verdor se ha secado, como un vaso de barro cocido; mi lengua se ha pegado al paladar; y me vas conduciendo al polvo del sepulcro.


Todos serán reducidos a la nada, como agua que pasa y se disipa; tenso tiene el Señor su arco hasta tanto que sean abatidos.


¿O que haya de privar eternamente de su misericordia a todas las gentes venideras?


Como agua han derramado la sangre suya alrededor de Jerusalén , sin que hubiese quién los sepultase.


Setenta años son los días de nuestra vida; cuando más, ochenta años en los muy robustos; lo que pasa de aquí, achaques y dolencias. Según esto, presto seremos arrebatados, pues va llegando ya la debilidad de la vejez.


No reduzcas el hombre al abatimiento, pues dijiste: Convertíos, ¡oh hijos de los hombres!


Que si no lo hizo adrede, sino que Dios dispuso que casualmente cayese en sus manos, yo te señalaré un lugar en que podrá refugiarse.


pues los vivos saben que han de morir, y pueden disponerse; pero los muertos no saben ya nada ni están en estado de merecer, y su memoria ha quedado sepultada en el olvido.


Pero no para siempre lo desechará de sí el Señor.


¿Acaso quiero yo la muerte del impío, dice el Señor Dios, y no antes bien que se convierta de su mal proceder, y viva?


hasta que confiesen sus maldades y las de sus mayores, con que prevaricaron y se rebelaron contra mí.


tanto para los hijos de Israel como para los advenedizos y peregrinos, a fin de que se acoja a ellas el que involuntariamente derramare sangre humana.


el inocente será libertado de la mano del vengador, y por sentencia se le volverá a la ciudad en que se refugió, y allí morará hasta la muerte del sumo sacerdote, que fue ungido con el óleo santo.


por cuanto debía el refugiado residir en la ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote; bien que, después de muerto éste, pueda el homicida retornar a su patria.


Y para esto le enviaron sus discípulos con algunos herodianos, que le dijeron: Maestro, sabemos que eres veraz, y que enseñas el camino o la ley de Dios conforme a la pura verdad, sin respeto a nadie, porque no miras a la calidad de las personas.


Entonces Pedro, dando principio a su discurso, habló de esta manera: Verdaderamente acabé de conocer que Dios no hace acepción de personas;


porque para con Dios no hay preferencia de personas.


porque el Señor Dios vuestro es el Dios de los dioses y el Señor de los señores; Dios grande y poderoso y terrible, que no es aceptador de personas, ni se gana con dones;


así también Cristo ha sido una sola vez inmolado u ofrecido en sacrificio para quitar de raíz los pecados de muchos, y otra vez aparecerá no para expiar los pecados ajenos, sino para dar la salud eterna a los que le esperan con viva fe.


sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana conducta de vida, o vivir mundano, que recibisteis de vuestros padres, no con oro o plata, que son cosas perecederas,