Dijo entonces Natán a David: Ese hombre eres tú. Esto es lo que dice el Señor Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, y te libré de la mano de Saúl.
2 Samuel 14:13 - Biblia Torres Amat 1825 Dijo, pues la mujer: ¿Cómo señor, has pensado tú hacer lo mismo en daño del pueblo de Dios? y ¿por qué ha resuelto el rey hacer ese mal, en lugar de hacer volver a su hijo del destierro? Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque hablando el rey esta palabra, se hace culpable él mismo, por cuanto el rey no hace volver a su desterrado. Biblia Nueva Traducción Viviente Ella contestó: —¿Por qué no hace por el pueblo de Dios lo mismo que prometió hacer por mí? Se ha declarado culpable a sí mismo al tomar esta decisión, porque ha rehusado traer a casa a su propio hijo desterrado. Biblia Católica (Latinoamericana) Le dijo: 'Habla'. La mujer respondió: 'Al pronunciar ese juramento el rey se condenó solo; pues lesiona al pueblo de Dios cuando se niega a que regrese el que desterró. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo la mujer: ¿Por qué pues piensas tal cosa contra el pueblo de Dios? Pues al decir esta palabra el rey es como culpable, ya que el rey no permite regresar a su desterrado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces dijo la mujer: '¿Por qué maquinas así contra el pueblo de Dios? Por la misma palabra que acaba de pronunciar, el rey se hace culpable, por cuanto no permite que vuelva su desterrado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque al hablar el rey esta palabra se hace culpable él mismo, ya que el rey no hace volver a su fugitivo. |
Dijo entonces Natán a David: Ese hombre eres tú. Esto es lo que dice el Señor Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, y te libré de la mano de Saúl.
Dijo entonces la mujer: Permita mi rey y señor que esta sierva le hable una palabra. Habla, respondió el rey.
Ahora bien, tú dirás a mi siervo David: Esto dice el Señor de los ejércitos: Yo te saqué de las dehesas donde apacentabas el ganado, a fin de que fueses el caudillo de mi pueblo de Israel.
Todos los caudillos de los pueblos, y las tribus todas de Israel concurrieron a la reunión del pueblo de Dios, en número de cuatrocientos mil guerreros de a pie.