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2 Samuel 12:9 - Biblia Torres Amat 1825

¿Cómo, pues, has vilipendiado mi palabra, haciendo el mal delante de mis ojos? A Urías, heteo, le hiciste perder la vida, y has tomado su mujer para mujer tuya, matándole a él con la espada de los hijos de Amón.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Por qué pues despreciaste la palabra de Yavé? ¿Por qué hiciste esa cosa tan mala a sus ojos de matar por la espada a Urías el hitita? Te apoderaste de su mujer y lo mataste por la espada de los amonitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿Por qué has menospreciado la palabra de YHVH, haciendo lo malo ante sus ojos? Has matado a espada a Urías heteo, has tomado a su mujer por mujer tuya, y lo has asesinado con la espada de los amonitas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿Por qué, pues has menospreciado la palabra de Yahveh y has hecho lo que es malo ante sus ojos? Has hecho morir por la espada a Urías, el hitita, y luego has tomado por esposa a su mujer; lo has asesinado con la espada de los amonitas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo mataste a espada, y tomaste por tu esposa a su esposa, y a él mataste con la espada de los hijos de Amón.

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Lòt tradiksyon



2 Samuel 12:9
23 Referans Kwoze  

David la hizo venir a su palacio, habiendo enviado primero a algunos que le hablasen de su parte; y entrada que fue a su presencia, durmió con ella; la cual se purificó luego de su inmundicia;


Por lo cual no se apartará jamás de tu casa la espada de la muerte, porque me has despreciado y has quitado la mujer a Urías, heteo, para que fuese mujer tuya.


Estas eran las palabras que decia Semei, maldiciendo al rey: ¡Anda, anda, hombre sanguinario, hombre de Belial!


Por cuanto David había procedido rectamente a los ojos del Señor, y en nada se desvió notablemente de cuanto le tenía mandado todo el tiempo de su vida, salvo el suceso de Urías, heteo.


Pero tú le has de hablar en estos términos: Esto dice el Señor: Cometiste un homicidio, y tras de esto vas a usurpar la viña del muerto. A lo que añadirás después: He aquí lo que dice el Señor: En este lugar en que los perros lamieron la sangre de Nabot, en el mismo lamerán también tu sangre.


E hizo pasar por el fuego a sus hijos en el valle de Benennom. Observaba los sueños, consultaba agüeros, se valía de artes mágicas, y tenía consigo hechiceros y encantadores, y cometió muchos pecados delante del Señor, provocando su ira.


Líbrame de la sangre, ¡oh Dios, Dios salvador mío!, y ensalzará mi lengua tu justicia.


Que si tú quisieras sacrificios, ciertamente te los ofreciera; mas tú no te complaces con solos holocaustos.


contra ti solo he pecado; y he cometido la maldad delante de tus ojos) a fin de que perdonándome, aparezca justo cuando hables, y quedes victorioso en los juicios que de ti se formen.


Has colocado nuestras maldades delante de tus ojos, y nuestra conducta al resplandor de tu semblante.


El que va por el camino derecho y teme a Dios, es despreciado por el que anda en malos pasos.


Por esta causa el furor del Señor se encendió contra su pueblo, y extendió su mano sobre él, y lo hirió, y los montes se estremecieron, y sus cadáveres yacen tendidos como basura en medio de las plazas. Y no se ha aplacado su furor con todas estas cosas; todavía está levantada su mano justiciera.


Pero si éste obrare mal ante mis ojos, de suerte que no atienda a mi voz, yo me arrepentiré del bien que dije que le haría.


Esto dice el Señor: Después de tres, cuatro y más maldades de Judá, ya no la convertiré, por cuanto ha desechado la ley del Señor, y no ha observado sus mandamientos; pues le han seducido sus ídolos, en pos de los cuales anduvieron sus padres.


Pues ¿por qué no has obedecido la voz del Señor, y te has enamorado del botín, pecando a los ojos del Señor?


Porque el desobedecer al Señor, es como un pecado de magia, y como crimen de idolatría el no querer sujetársele. Por tanto, ya que tú has desechado la palabra del Señor, el Señor te ha desechado a ti, y no quiere ya que seas rey.


Le respondió Samuel: No volveré contigo; porque has desechado la palabra del Señor, y el Señor te ha desechado a ti, para que no seas rey de Israel.