Mas Urías durmió delante de la puerta de palacio con otros criados u oficiales de su señor, y no fue a su casa.
2 Samuel 11:13 - Biblia Torres Amat 1825 Lo convidó David a comer y beber en su mesa, y procuró embriagarlo; mas él saliendo al anochecer, se fue a dormir en su tarima del cuerpo de guardia con los oficiales de su señor, y no bajó a su casa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa. Biblia Nueva Traducción Viviente David lo invitó a cenar y lo emborrachó. Pero aun así no logró que Urías se fuera a la casa con su esposa, sino que nuevamente se quedó a dormir a la entrada del palacio con la guardia real. Biblia Católica (Latinoamericana) David lo invitó a su mesa a comer y a tomar y lo emborrachó. Sin embargo, Urías tampoco bajó a su casa esa noche; se acostó con los sirvientes de su señor. La Biblia Textual 3a Edicion Después David lo mandó a llamar, y comió y bebió ante él. Y él hizo que se embriagara, pero al anochecer fue a acostarse en su cama con los siervos de su señor, y no bajó a su casa. Biblia Serafín de Ausejo 1975 David lo invitó a comer con él, y le hizo beber hasta embriagarse. Al atardecer, Urías salió para acostarse en su lecho junto a los servidores de su señor, pero no bajó a su casa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y David lo invitó, y le hizo comer y beber delante de sí, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa. |
Mas Urías durmió delante de la puerta de palacio con otros criados u oficiales de su señor, y no fue a su casa.
Mas Absalón replicó: Ya que tú no quieres venir, venga, te suplico, con nosotros a lo menos mi hermano Amnón. Le dijo el rey: No hay necesidad de que vaya contigo.
Dijo después a Aarón: ¿Qué es lo que te ha hecho este pueblo, para que acarrearas sobre él tan enorme pecado?
Lujuriosa cosa es el vino, y llena está de desorden la embriaguez; no será sabio quien a ella se entrega.
¿Para quién son los ayes?; ¿para qué padre son las desdichas?; ¿contra quién serán las riñas?; ¿para quién los precipicios?; ¿para quién las heridas sin motivo alguno?; ¿quién trae los ojos encendidos?
¡Ay de aquel que da de beber a su amigo, mezclando hiel en el vaso, y lo embriaga para verlo desnudo!