Lo mismo que sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: No tienes que temer, de hoy en adelante serán hombres los que has de pescar.
2 Corintios 8:23 - Biblia Torres Amat 1825 lo mismo que a Tito, mi socio y coadjutor entre vosotros, y a los demás hermanos que le acompañan y son los apóstoles o enviados de las iglesias y la gloria de Cristo . Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, y gloria de Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente Si alguien pregunta por Tito, díganle que él es mi colaborador, quien trabaja conmigo para ayudarlos. Y los hermanos que lo acompañan fueron enviados por las iglesias, y le dan honor a Cristo. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahí tienen, pues, a Tito, mi compañero y ayudante cerca de ustedes, y con él tienen a hermanos nuestros, delegados de las Iglesias, personas que son la gloria de Cristo. La Biblia Textual 3a Edicion En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros; en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias, gloria del Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros. Respecto a nuestros hermanos, son enviados de las iglesias, son gloria de Cristo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si alguno preguntare acerca de Tito, él es mi compañero y colaborador para con vosotros; o acerca de nuestros hermanos; ellos son mensajeros de las iglesias, y la gloria de Cristo. |
Lo mismo que sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo a Simón: No tienes que temer, de hoy en adelante serán hombres los que has de pescar.
Por lo que hicieron señas a los compañeros de la otra barca, que viniesen y les ayudasen. Vinieron luego, y llenaron tanto de peces las dos barcas, que faltó poco para que se hundiesen.
En verdad, en verdad os digo, que no es el siervo más que su amo, ni tampoco el enviado o embajador mayor que aquel que le envió.
Lo cierto es que no debe el varón cubrir su cabeza, pues él es la imagen y gloria de Dios; mas la mujer es la gloria del varón.
A mis ruegos fue Tito, y con él envié a otro hermano. ¿Por ventura Tito os ha estafado? ¿No procedimos con el mismo espíritu y desinterés que antes?; ¿no seguimos las mismas pisadas?
Pero Dios que consuela a los humildes, nos ha consolado con la venida de Tito;
Pero gracias a Dios, que ha inspirado en el corazón de Tito este mismo celo mío por vosotros.
Os hemos también enviado con él al hermano nuestro, que se ha hecho célebre en todas las iglesias por la buena nueva;
y el cual, además de eso, ha sido escogido por las iglesias para acompañarnos en nuestros viajes, y tomar parte en el cuidado que tenemos de procurar este socorro a nuestros hermanos por la gloria del Señor, y para mostrar nuestra pronta voluntad,
Enviamos así mismo con éstos a otro hermano nuestro, a quien hemos experimentado lleno de celo en muchas ocasiones, y que ahora lo está aun más en la presente; y tengo gran confianza de que le recibiréis bien,
Y esto es lo que nos ha hecho rogar a Tito, que conforme ha comenzado, acabe también de conduciros al cumplimiento de esta buena obra;
Mientras me ha parecido necesario el enviaros ya a Epafrodito, mi hermano, y coadjutor en el ministerio, y compañero en los combates, apóstol o enviado vuestro, y que me ha asistido en mis necesidades.
También te pido a ti, ¡oh fiel compañero!, que asistas a ésas que conmigo han trabajado por el Evangelio con Clemente y los demás coadjutores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
conforme la aprendisteis de nuestro carísimo Epafras, que es nuestro compañero en el servicio de Dios, y un fiel ministro de Jesucristo para con vosotros;
sino que habiendo sido antes maltratados y afrentados, o azotados con varas (como no ignoráis) en Filipos, puesta en nuestro Dios la confianza, pasamos animosamente a predicaros la buena nueva de Dios en medio de muchos obstáculos.
Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos, y tráele contigo; porque me es del caso para el ministerio evangélico.
La causa porque te dejé en Creta, es para que arregles y corrijas las cosas que falten, y establezcas en cada ciudad presbíteros, conforme yo te prescribí,
Y si te ha causado algún detrimento o te debe algo, apúntalo a mi cuenta.
Yo quizá hubiera escrito a la Iglesia; pero ese Diótrefes, que ambiciona la primacía entre los demás, nada quiere saber de nosotros.