Me hiciste conocer las sendas de la vida; me colmarás de gozo con la vista de tu divino rostro; en tu diestra se hallan delicias eternas.
2 Corintios 5:8 - Biblia Torres Amat 1825 En esta confianza que tenemos, preferimos más ser separados del cuerpo, a fin de gozar de la vista del Señor. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Biblia Nueva Traducción Viviente Sí, estamos plenamente confiados, y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Por eso nos viene incluso el deseo de salir de este cuerpo para ir a vivir con el Señor. La Biblia Textual 3a Edicion pero estamos confiados, aunque más preferimos° salir del cuerpo y estar junto al Señor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero tenemos ánimo e incluso preferimos exiliarnos del cuerpo y vivir junto al Señor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Estamos confiados, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes con el Señor. |
Me hiciste conocer las sendas de la vida; me colmarás de gozo con la vista de tu divino rostro; en tu diestra se hallan delicias eternas.
Pero yo compareceré en tu presencia con la justicia de mis obras; y quedaré plenamente saciado, cuando se me manifieste tu gloria.
Desechado de Dios será el impío por causa de su malicia, mas el justo aun en su muerte conserva la esperanza.
Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno, siervo diligente y leal; ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho; ven a tomar parte en el gozo de tu señor.
Le dijo su amo: ¡Muy bien, siervo bueno y fiel!, pues has sido fiel en pocas cosas, yo te confiaré muchas más; ven a participar del gozo de tu señor.
Ahora, Señor, ahora sí que sacas en paz de este mundo a tu siervo, según tu promesa.
El que me sirve, sígame; que donde yo estoy, allí estará también el que me sirve; y a quien me sirviere, le honrará mi Padre.
Y cuando haya ido, y os haya preparado lugar, vendré otra vez, y os llevaré conmigo, para que donde yo estoy, estéis también vosotros.
¡Oh Padre!, yo deseo ardientemente que aquellos que tú me has dado, estén conmigo allí mismo donde yo estoy para que contemplen mi gloria, cual tú me la has dado; porque tú me amaste desde antes de la creación del mundo.
A lo que respondió, y dijo: ¿Qué hacéis con llorar y afligir mi corazón? Porque yo estoy pronto, no sólo a ser aprisionado, sino también a morir en Jerusalén por el Nombre del Señor Jesús .
Por esto estamos siempre llenos de confianza, y como sabemos que, mientras habitamos en este cuerpo, estamos distantes del Señor y fuera de nuestra patria
Por esta razón todo nuestro deseo consiste en hacernos agradables al Señor, ora habitemos en el cuerpo, ora salgamos de él, para irnos con Dios,
Entretanto, quien tiene tal esperanza de él, se santifica a sí mismo, así como él es también santo.
Allí no habrá jamás maldición alguna, sino que Dios y el Cordero estarán de asiento en ella, y sus siervos le servirán de continuo.