Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




2 Corintios 10:12 - Biblia Torres Amat 1825

A la verdad no nos atrevemos a ponernos en la clase de ciertos sujetos que se ensalzan a sí mismos, ni a compararnos con ellos; sino que nos medimos por lo que somos, comparándonos con nosotros mismos.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

¡Ah, no se preocupen! No nos atreveríamos a decir que somos tan maravillosos como esos hombres, que les dicen qué importantes son ellos pero solo se comparan el uno con el otro, empleándose a sí mismos como estándar de medición. ¡Qué ignorantes!

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Cómo me atrevería a igualarme o a compararme con esa gente que proclama sus propios méritos? ¡Tontos! No tienen otro modelo ni usan otro criterio que ellos mismos.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Porque no nos atrevemos a clasificarnos ni compararnos con algunos que se alaban a sí mismos, porque ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son sensatos.

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

No nos atrevemos ciertamente a equipararnos o a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a sí mismos. Sin embargo, cuando a sí mismos se toman entre sí como medida y se comparan consigo mismos, no obran sabiamente.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque no osamos contarnos, o compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; mas ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son sabios.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



2 Corintios 10:12
10 Referans Kwoze  

¿Conque vosotros solos sois hombres entendidos, y con vosotros morirá la sabiduría?


Como la miel daña a los que comen de ella en demasía, así el que se mete a escudriñar la majestad de Dios, será oprimido del peso de su gloria.


¿Has visto a un hombre que se precie de sabio? Pues más que de tal puede esperarse el acierto de un hombre que es y se reconoce ignorante.


La boca de otro, no la tuya, sea la que te alabe; el extraño, y no tus propios labios.


El fariseo, puesto en pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios!, yo te doy gracias de que no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como este publicano.


Porque no me atreveré a tomar en boca, sino lo que Jesucristo ha hecho por medio de mí para reducir a su obediencia a los gentiles, con la palabra y con las obras,


Sepa aquel que así habla, que cuando nos hallemos presentes, obraremos de la misma manera que hablamos en nuestras cartas, estando ausentes.


Pues no es aprobado quien se abona a sí mismo; sino aquel a quien Dios abona o alaba.


¿Empezamos ya otra vez a alabarnos a nosotros mismos?, o ¿necesitamos cartas de recomendación para vosotros, o que vosotros nos las deis para otros?


No es esto repetiros nuestras alabanzas, sino daros ocasión de gloriaros en nuestra causa; para que tengáis que responder a los que se glorían solamente en lo que aparece al exterior.