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1 Samuel 9:9 - Biblia Torres Amat 1825

(Antiguamente en Israel todos los que iban a consultar a Dios, solían hablar así: Venid, y vamos al vidente. Pues el que se llama profeta, se llamaba entonces vidente.)

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

(Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos al vidente; porque al que hoy se llama profeta, entonces se le llamaba vidente.)

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Biblia Nueva Traducción Viviente

(En esos días, si la gente quería recibir un mensaje de Dios, decía: «Vamos a preguntarle al vidente», porque los profetas solían ser llamados «videntes»).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Porque antes se decía en Israel: 'Vamos donde el vidente' para decir que iban a consultar a Dios. Porque no se hablaba de profetas como ahora sino de videntes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

(Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a ’Elohim decía así: ¡Vamos al vidente! porque al profeta de hoy antiguamente se lo llamaba vidente.)

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Antiguamente, en Israel, cuando alguien iba a consultar a Dios, decía: 'Venid, vamos al vidente'. Porque al que hoy llamamos profeta, antes se le llamaba vidente.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

(Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos hasta el vidente; porque el que hoy se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).

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Lòt tradiksyon



1 Samuel 9:9
16 Referans Kwoze  

Pero chocaban entre sí o luchaban en el seno materno los gemelos que concibió; lo que le hizo decir: Si esto me había de acontecer, ¿qué provecho he sacado yo de concebir? Y fue a consultar al Señor.


Por la mañana, así que David se hubo levantado, habló el Señor a Gad, profeta y vidente de David, diciendo:


Sobre lo cual no cesó el Señor de amonestarlos, así en Israel como en Judá, por medio de todos los profetas y videntes diciendo: Convertíos de vuestras pésimas costumbres, observad mis preceptos y ceremonias, conforme a todas las leyes que promulgué a vuestros padres, y como os lo he enviado a decir por medio de mis siervos, los profetas.


Habló después el Señor a Gad, profeta de David, diciendo:


Todas estas cosas las habían consagrado al Señor Samuel profeta, Saúl hijo de Cis, y Abner hijo de Ner, y Joab hijo de Sarvia. Todos los que consagraban dones, los ponían en manos de Selemit y de sus hermanos.


Todos los hechos de David, así los primeros como los últimos, están escritos en el Libro de Samuel profeta, y en el Libro de Natán profeta, y en el de Gad profeta,


Todos estos elegidos para ostiarios o guardas de las puertas, eran doscientos doce, y estaban empadronados en el censo de sus propias villas; a los cuales David y el profeta Samuel por su fidelidad establecieron,


Airado Asá contra el profeta, lo mandó poner en un cepo, indignado sobremanera de esto que le había dicho; y en aquel tiempo quitó la vida a muchísimos del pueblo.


En aquel tiempo se presentó el profeta Hanani a Asá, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto has puesto la confianza en el rey de Siria, y no en el Señor tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria se ha escapado de tus manos.


Y las visiones o profecías de todos éstos serán para vosotros como palabras de un libro sellado, que cuando lo dieren a uno que sabe leer, y le digan: Léelo; responderá: No puedo, porque está sellado.


Quitadnos de delante de los ojos este modo de obrar según la ley; alejad de nosotros tal sistema de vida; no nos vengáis siempre con que el Santo de Israel dice o manda.


Y Amasías dijo a Amós: ¡Oh tú que tienes visiones!, vete, huye al país de Judá, y come allí tu pan, y allí podrás profetizar;


Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?


Muerto Josué, los hijos de Israel consultaron al Señor, diciendo: ¿Quién marchará delante de nosotros contra el cananeo, y será nuestro caudillo para continuar la guerra?


Le rogaron entonces que consultara al Señor para que pudieran saber si su viaje sería feliz, y llegaría a efectuarse su empresa.


Respondió Saúl a su criado: Dices muy bien, vamos allá. Y fueron a la ciudad donde vivía el varón de Dios.